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Zito Fuentes y su bandera de Carlos Paz

Por Zito Fuentes. “Hoy no me llamó”, cantaba el Paz Martínez mientras las chicas de la primera fila enarbolaban suspiros que se entrelazaban con otros y conformaban así una burbuja dulce y espumante que flotaba en teatros, salones de café concert, y farmacias de turno.

Y eso me pasó durante años esperando que el nombre de Estebanísimo III apareciera en la pantalla de mi Nokia 1100. Pasé con éxito todas las etapas de la Viborita y ni así: nunca, pero nunca me llamó durante esta década ganada.

Pero los enamorados de la primera hora, aquellos que besamos la estampita de San Estebancito, esa que dibujamos a mano alzada con un lápiz de mina HB, casi de marca, con mi mujer Carencia de Fuentes; aquellos que marchamos encamisados en las mateadas del frío invierno para conseguir votos naranjas en las calles; esos, nosotros, los Estebanistas de Esteban, no esperamos nada del líder y lo damos todo por él.

Y yo que fui espía secreto en reuniones de centros vecinales adversos, yo que me escondía detrás de las palmeras cuando aparecían los de las otras listas para bajarle los carteles y pasacalles aprovechando mis dotes monísticas, monacales o monesteriles; Yo, Zito Fuentes, el rey de las oraciones subordinadas, estoy siempre para lo que mi líder naranja necesite.

“BUENO, ZITO; BASTA, AL GRANO”, exclamó mi amada Carencia ante mis embates discursivos sin pausa.

Lo cierto es que dejé el Nokia sólo para que me llame

“ÉL”

Lo acomodé en el fondo de la olla más grande que tenemos en la choza para que suene con todo con el ringtone de “Si BAILA CACHETE CON CHACHETE”, del fallecido Pancho y la Sonora Colorada, DIOS LO TENGA EN LA GLORIA, QEPD.

Me temblaban las manos como si hubiera agarrado una pava hirviendo cuando fui a atender y fingí sorpresa al leer en la pantallita el nombre de

“Él”.

“Hola, Zito querido. Dónde andás que no se te ve”, me lanzó

“Él”.

Con mi voz enardecida de emoción intenté explicarle algo, pero Estebanísimo me interrumpió para decirme lo que quería pedirme.

“Conozco las dotes artísticas que escondés detrás de esa sencillez y humildad que siempre te han caracterizado por ser parte de la Identidad carlospacense y un conspicuo representante de lo que nosotros llamamos Turismo Internacional ya que viniste de Brasil para quedarte entre nosotros como si fueras uno más y nosotros te aceptamos así como sos. Y ahora necesito que hagas tu proyecto de bandera para representar a la ciudad en los confines de la tierra en la congregación de ciudades de las Repúblicas del MUNDO. Amén”.

Yo atiné a decir: sí, sí, sí, sí , sí. Y la llamada se cortó.

Desde ese día, hace como dos meses, no duermo.

Dibujo y tiro, tiro y dibujo. Compré temperas, papel crepé, hojalillos, goma eva, goma espuma, boligoma, papel glasé, brillantina, colores, crayones, marcadores fluorescentes, marcadores mismamente.

La obra quedó hermosa cuando Carencia, mi amada mona esposa, le dio su toque de gracia, su pincelada final, con el retrato del mismísimo Estebanísimo en el mismísimo centro de la enseña patria de la ciudad o la bandera de la Villa de don Carlos Nicandro Paz.

Es y será, por los siglos de los siglos amén, el sol que nos cobijará en las noches del frío invierno serrano en los barrios sin gas natural.

Y ya está, antes de enviársela a él, decidí publicarla en las redes del monte en el que vivo.

ZitoFuentesOK

Nos veremos pronto. Gracias, muy rico todo.