Kiev amaneció este jueves sacudida por uno de los ataques más violentos desde el inicio de la guerra. Al menos 12 personas murieron y más de 90 resultaron heridas tras un bombardeo masivo lanzado por Rusia, que incluyó el uso de misiles y drones kamikaze en varios distritos residenciales de la capital ucraniana.
El alcalde Vitali Klitschko informó que los servicios de emergencia trabajaron toda la madrugada para apagar incendios, asistir a los heridos y rescatar personas atrapadas bajo los escombros. Algunos edificios colapsaron parcialmente por el impacto de los misiles. “Es el ataque más letal desde el verano pasado”, declaró. En total, más de 30 explosiones sacudieron la ciudad entre las 3 y las 5 de la mañana.
La ofensiva ocurre en medio de un frágil intento de retomar negociaciones para una tregua. Analistas internacionales sostienen que el ataque busca reforzar la presión sobre Ucrania justo cuando sus socios europeos evalúan aumentar la ayuda militar. En un gesto poco habitual, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, escribió en redes sociales un mensaje directo a Vladimir Putin: “¡Vladimir, STOP!”, desatando una ola de reacciones políticas y mediáticas en todo el mundo.
Mientras tanto, la comunidad internacional condena el ataque y crecen los pedidos para que Naciones Unidas convoque a una sesión de emergencia. Ucrania, por su parte, ha prometido una respuesta “firme y proporcional” a lo que calificó como “una nueva escalada deliberada contra la población civil”.
