La solidaridad tiene historias que inspiran, y esta vez llegó desde el Centro de Veteranos de Malvinas Punilla Sur, quienes cambiaron la vida de Dylan, un niño de la localidad de Milagro, en la provincia de La Rioja.

La historia comenzó hace nueve años, cuando los excombatientes ofrecieron una charla sobre la gesta de Malvinas en un jardincito. Allí conocieron a Dylan, un niño que debido a una hipoxia neonatal sufría severas dificultades motrices.

En ese momento, Dylan no contaba con una silla de ruedas adecuada para su edad y no tenía movilidad. Además, la familia carecía de los recursos para conseguir una y su vivienda no tenía las comodidades necesarias para que creciera y pudiera sobrellevar estas dificultades motrices.

Una ayuda que perdura

Oscar Martínez y Sebastián Valdez, miembros del Centro de Veteranos, se conmovieron profundamente al ver las condiciones en las que vivía Dylan.

Según relataron a Canal 2 de Carlos Paz Televisión, su primera acción fue organizarse para conseguir una silla de ruedas adaptada a las necesidades del niño.

Esta primera silla marcó el inicio de un compromiso que duró años, con los veteranos renovando constantemente con instrumentos ortopédicos para acompañar el crecimiento del niño.

Con el paso del tiempo, le proveyeron andadores y continuaron adaptando las sillas de ruedas según las necesidades específicas del niño.

El esfuerzo no solo mejoró la calidad de vida del nene riojano, sino también la de su familia. Gracias a la visibilización de su situación, las autoridades locales intervinieron para otorgarle una vivienda digna, con acceso a servicios básicos como agua y electricidad, mejorando drásticamente sus condiciones de vida.

A los 13 años, y gracias a años de trabajo constante, Dylan logró dar un paso monumental: comenzó a caminar por sí solo. Esto no hubiera sido posible sin el acompañamiento y la cadena de solidaridad que inició con los veteranos.

Sigue la solidaridad

La labor solidaria no se detuvo allí. Como parte de su misión, el Centro de Punilla Sur siguen entregando las sillas que Dylan ya no necesita a otros niños en situaciones similares.

Las imágenes de Dylan caminando por primera vez emocionaron a quienes formaron parte de esta historia, confirmando que los pequeños actos de bondad pueden generar grandes transformaciones.