A mucha gente le gusta leer bastante. Esa es la primera conclusión a la que arribó Nora, dueña de una conocida verdulería de Carlos Paz y promotora de esta idea simple, participativa, libre y gratuita: intercambiar libros en una pequeña biblioteca ubicada dentro del local, entre las frutas y las verduras.
En tiempos de redes sociales, pelis y series “on demand” y sobreexposición a las pantallas, casi todos -incluso quien suscribe esta nota- hubiéramos anticipado el fracaso de la iniciativa de Nora y su familia. Más aún si la propuesta era dentro de una verdulería.
Sin embargo, para sorpresa de muchos, el mueble bibliotecario colocado a un costado de las cajas de cobranza es un verdadero éxito: “Nunca un libro dura más de una semana en la biblioteca”, aseguró la mujer, con entusiasmo, a Carlos Paz Vivo!
Nora Díaz, propietaria de la verdulería “Miguel Ángel”, contó que la idea surgió hace pocos meses cuando llevó desde su casa hasta el local de avenida Uruguay esquina Solís una caja repleta de libros. “Los dejé ahí para que cualquier interesado se los lleve y así empezó”.
“Algunos que sacaban libros me preguntaron si podían traer algunos suyos que ya había leído y después todo fluyó. Hay quienes se llevan un libro y deja otro en su lugar, también hay gente que no deja ninguno pero luego lo devuelve, como también hay personas que traer varios libros sin llevarse ninguno”, ejemplificó.
Nora asegura que “si a la gente se le da algo para que lo haga naturalmente, todo fluye de manera espontánea, como es este el caso. En esta biblioteca no hay reglas, es un intercambio muy básico y simple. Además es gratuito, nadie le pide a alguien que compre determinado producto para que pueda retirar un libro. No hay nada de burocracia, ni firma de papeles, ni tiempos de devolución”.
Renovación permanente de ejemplares
La biblioteca inició siendo una caja grande de cartón y luego el hijo de Nora colocó un sencillo mueble de madera donde se exhiben los ejemplares, con la inscripción de “Intercambio de libros”.
La mujer contó que hay libros de todos los géneros literarios: “Un día encontrás manuales de las escuelas, al otro podés observar una vieja edición de ‘El Principito’, uno de Borges o ‘Guerra y Paz’ de León Tolstói”.
Por la biblioteca también pasaron antiguos ejemplares de tapa dura, de papel que ya no se fabrica, diccionarios de varias lenguas y libros en francés, italiano e hindú.
“La renovación es permanente”, señala, y agrega: “Lo interesante es que muchas veces vienen chicos de 8 o 9 años a buscar algo ‘nuevo’, así como es mucha la gente mayor que saca su ejemplar y deja otro”.
Verdulería solidaria
En el mismo local, mediante una iniciativa muy parecida, funciona desde el invierno del 2016 el “Perchero solidario”, que tiene por objetivo ofrecer un abrigo a quienes pasan frío en las calles de Carlos Paz. “¿Tenés frío? toma uno, ¿Querés ayudar? pon uno”, reza el cartel.