La temporada estival asomó temerosa ante un panorama turbulento en la economía del país.
Desde el arranque, los comerciantes de Villa Carlos Paz no sabían cómo la situación iba a afectarles durante el receso de verano en una ciudad cuya economía depende casi exclusivamente de la llegada de turistas y del consumo que éstos realicen en la ciudad. .
Algunos sectores han sido más afectados que otros.
En pleno centro se pueden observar locales gastronómicos ocupados, locales de ropa con gente.
Muchos dicen que se ve un gran flujo de gente sobre la peatonal y que en muchas oportunidades “no deja de ser solo eso”.
El turismo se ha vuelto más gasolero de lo normal, las familias cuidan extremadamente sus bolsillos sin poder darse “un gustito” como quizá lo hayan hecho en años anteriores.
“En mi trabajo entramos siendo un equipo bastante grande, pero la situación es tan difícil, son tan pocas las ventas que realizamos, que ya despidieron a cuatro compañeros”, sostuvo una joven que trabaja en un local de ropa a 400 metros del centro.
Siguiendo con esa línea, Pamela, una trabajadora del sector gastronómico que se encuentra en el centro de Villa Carlos Paz valoró la temporada como ” una crisis importante que se nota en la calle”.
“La gente ahora comparte hasta un plato de pastas, el plato más económico del sector gastronómico”, aseguró la engargada de un local gastronómico del centro de Carlos Paz.
Contó, además, que se observan familias caminar por la peatonal con conos de papas, panchos, panchos, pebetes y que cada vez salen menos a comer.
Difícil por todos lados
La Costanera de Carlos Paz es otro espacio que ofrece variadas propuestas gastronómicas pero la gente no llega a esos lugares, las ventas disminuyeron de tal manera que locales que normalmente cerraban a las tres, cuatro de la mañana un día en temporada, actualmente a las dos ya están cerrados porque no tienen clientes.
Muchas familias deciden administrar su economía priorizando ir a una obra de teatro antes que sentarse a comer en un local.
Las situación que se hace presente es un “todo no se puede”.
“La temporada no es como esperábamos”, confesó la encargada de Recursos Humanos de un local de ropa.