Pablo Acevedo (37) y Marcela Rossi (35) vivían juntos hace 19 años y ya eran padres de Ignacio (6). Marcela estaba embarazada de mellizos, estuvo 36 días internada, los bebés nacieron en una cesárea de urgencia con apenas 5 meses y hoy siguen en Neonatología.
Hoy, Pablo está desesperado porque se quedó solo para la crianza y subsistencia de sus hijos. “Tengo que cuidar y mantener a mis tres hijos, pero me quedé solo”, dijo Pablo a Infobae.
La pareja vivía en Rafael Calzada. Ella se dedicaba a la pastelería desde su casa, mientras Pablo trabajaba como empleado de un bingo en San Francisco Solano, que se encuentra cerrado hace varios meses por la pandemia y con fecha de reapertura incierta.
Como el dinero que recibía no le alcanzaba para mantener a su familia, Pablo se puso a trabajar en una ferretería con su cuñado. Entre sus ingresos y los de su mujer, podían vivir humildemente pero sin sobresaltos.
Cuando se enteraron de la llegada de los mellizos, a pesar de las dificultades económicas se sintieron felices, pero el 12 de abril, Marcela comenzó con un resfrío leve y, luego, sintió un dolor persistente en la cintura. En la guardia, le dijeron que se trataba de una infección urinaria y le dieron medicamentos. Sin embargo, los días pasaban y el malestar continuaba.
“Se seguía quejando del dolor. Por eso, volvimos a consultar pero esta vez con su médico de cabecera, que la mandó a hacer una placa. Tenía una neumopatía muy grande en el pulmón derecho y, por eso, le dolía la espalda”, relató Pablo.
Como esa clínica no contaba con servicio de Neonatología, el 16 de abril fue derivada al Sanatorio Modelo de Quilmes, donde estuvo internada durante 36 días.
Días tristes
El hombre contó sobre el comienzo de la enfermedad: “Primero, le dolía el cuerpo y la cintura pero, con el correr de los días, comenzó a tener problemas con la saturación del oxígeno. Le hicieron dos hisopados con un día de diferencia y ambos fueron negativos. Como cada vez se ponía peor, le tuvieron que colocar oxígeno”.
El 21 de abril, Marcela ingresó a Terapia Intensiva y fue intubada. Fue la última vez que Pablo pudo hablar con ella. “Estaba muy mal, tenía la mirada perdida, los labios resecos… Me dijo que estaba muy preocupada por los bebés. Tenía mucho miedo por ellos”, reveló con tristeza.
Dos días después, su cuadro se seguía agravando por lo que los médicos le practicaron una cesárea para intentar salvar su vida y la de los mellizos.
“Me habían dicho que las probabilidades de que los bebés sobrevivieran eran muy bajas, porque tenían solo 5 meses y 3 semanas. Ana pesó 1.5 kilos y Francisco, apenas 950 gramos. Desde entonces, están en Neonatología”, contó el hombre.
Después de la cesárea, Marcela volvió a Terapia Intensiva, donde le hicieron una punción de pulmón. Recién ahí, el tercer hisopado le dio positivo de Covid y la dejaron aislada”, explicó Pablo.
En cuanto a Pablo, nunca tuvo síntomas, pero tuvo que estar aislado durante 14 días por ser contacto estrecho de su mujer. A diario, recibía los partes médicos de los mellizos y de Marcela, de manera telefónica o por WhatsApp.
El 10 de mayo, el estado de salud de Marcela había mejorado y estaba oxigenando mucho mejor. Por eso, los médicos decidieron practicarle una traqueotomía y, luego, planeaban despertarla del coma inducido por la intubación.
Pablo detalló que cuando la sacaron del coma, no despertaba. No se movía, solo pestañeaba. Le hicieron estudios en los pulmones y su cuadro de neumonía bilateral había mejorado, pero el Covid le había dejado secuelas neurológicas y le provocó isquemias múltiples en el cerebro por lo que no se podía despertar.
El 21 de mayo, Marcela tuvo un primer paro cardíaco a las 13.30 horas. El segundo ocurrió a las 22.30 y lamentablemente falleció.
La incertidumbre de los días
Pablo recordó el triste momento entre lágrimas: “Los dos estábamos seguros de que iba a ponerse bien. Ella estaba confiada y yo también. Estábamos felices de que íbamos a tener mellizos. Ni siquiera la pude acompañar todo el tiempo que estuvo internada, porque no se podía…”
Y agregó: “Era muy sana. No tenía problemas de salud, ni estaba enferma. El virus la encontró más débil por el embarazo gemelar. Después, me enteré que hay muchas mujeres embarazadas que terminaron como ella o que están graves“.
El pequeño Ignacio (6) está al cuidado de la familia de su madre y, durante el día, hace la tarea escolar. Pablo va y viene del sanatorio, donde sus otros dos hijos siguen internados en Neonatología. Se encuentra esperanzado en que pronto los pueda llevar a su casa, aunque la inesperada tragedia hizo que la habitación de los mellizos no esté terminada y que aún falten muchas cosas.
El pedido
Afortunadamente, los mellizos siempre evolucionaron bien y en 10 días podrían tener el alta definitiva. Pero ahora, Pablo se enfrenta a otro drama: debe cuidar y mantener solo a sus tres hijos. Por el cierre de las actividades en el bingo, recibe una mínima suma de dinero del Estado, pero ya no puede trabajar en la ferretería con su cuñado, porque tiene que ocuparse de sus tres hijos.
Los mellizos necesitan una cuna, sábanas y frazadas, ropa, pañales para bebés prematuros, óleo calcáreo, toallitas húmedas, artículos de perfumería y limpieza, y un mueble para sus pertenencias. Quienes deseen ayudar a Pablo y a sus hijos pueden acercarle donaciones a su casa, ubicada en El Zorzal 2687, entre Avenida San Martín y Arturo Illia, (Código Postal 1847) Rafael Calzada.
Para quienes quieran colaborar desde otros puntos del país, brindamos datos de su cuenta del Banco Comafi.
ALIAS: MUELLE.OMBU.ROSA
CBU: 2990001700110451930013
Acevedo Pablo Oscar
Fuente: Infobae.