La historia de Silvia Sosa, la mujer que no pudo despedirse de su madre internada en la UTI de una clínica de Carlos Paz, podría haber sido otra si se ponían en práctica protocolos que se están llevando a cabo en otros centros de salud. Es el caso del Hospital Rossi, de La Plata, que desde hace un mes lleva adelante un programa para que los pacientes contagiados de Covid-19 puedan estar cerca de familiares directos.
La directora del programa, María de los Ángeles Mori, le dijo al portal Infobae que el centro de salud los habilitó luego de enviar una propuesta al Comité de Crisis. “Esta iniciativa tiene que ver con la posibilidad de la presencia de un familiar acompañando la internación de un paciente sospechoso o confirmado de coronavirus que se encuentre en tratamiento paliativo”, explicó Mori y acotó: “Sabemos que la presencia de otro familiar acompañando lo doloroso de este proceso contribuye a disminuir los síntomas físicos y emocionales. En este sentido, creemos y consideramos que es de suma importancia permitir la presencia de otro familiar junto al paciente. Sostenemos que morir acompañado puede ser en sí mismo un acto paliativo”.
La especialista remarcó que empezó a notarse que los pacientes de coronavirus deben estar aislados y no tienen forma de despedirse de sus seres queridos.
“Desde la perspectiva de los cuidados paliativos, la despedida forma parte del proceso que empezamos a trabajar no bien tenemos contacto con el paciente y la familia. Ese trabajo que se hace junto a la familia se había cortado, de ahí surge la idea de formular un protocolo”, sostuvo el psiquiatra Santiago Primerano, del servicio de cuidados paliativos del Hospital Rodolfo Rossi . Y afirmó que este tipo de procesos ayuda a que el duelo no sea tan traumático.
“Tuvimos la primera experiencia hace poco más de un mes. Fue dificultoso poder hacerle entender a los otros colegas y profesionales del hospital lo que queríamos hacer. Afortunadamente, pudieron ingresar los hijos del paciente: primero ingresó uno, días después entró otro. Más allá de lo complejo de la situación, una de las hijas nos manifestó haber sentido alivio porque al menos pudo estar los últimos días de vida de su padre, acompañándolo”, relató el profesional a Infobae.
“Este protocolo le posibilita al paciente disponer de la chance de no tener un final de vida en soledad y a las familias transitar el duelo de otra manera”, consideró María de los Ángeles Mori.