El expresidente de Estados Unidos Donald Trump anunció que buscará volver a la Casa Blanca en 2024 como candidato del Partido Republicano, prometió trabajar para que el país “vuelva a ser grande y glorioso”, y subrayó que se asegurará de que el actual mandatario, el demócrata Joe Biden, no sea reelecto.
“Para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande y glorioso, esta noche anuncio mi candidatura a la Presidencia”, dijo Trump este martes en su resort en Mar-a-Lago, en el estado sureño Florida.
El magnate hizo el anuncio poco después de que trascendiera que había presentado ante la Comisión Federal de Elecciones (FEC, en inglés) la documentación pertinente para postularse otra vez a la jefatura del Estado en los próximos comicios presidenciales.
Los documentos llegaron al organismo minutos antes del momento en que se esperaba que Trump iniciara su discurso, según la televisora CNN.
“Hace dos años, cuando dejé la Casa Blanca, Estados Unidos estaba listo para mi edad de oro”, sostuvo el exmandatario, que enumeró algunos de los que consideró logros de su administración, entre ellos, la gestión de la pandemia de Covid-19.
“Me aseguraré de que Biden no logre cuatro años más”, remarcó, según las agencias de noticias AFP y Europa Press.
Apenas se conoció la noticia del trámite de la postulación, cuando incluso Trump no había iniciado su discurso, Biden escribió en Twitter que su antecesor “le falló a Estados Unidos” y publicó un video en el que lo acusó de “amañar la economía para los ricos”, “atacar el sistema de salud” y “consentir a extremistas”.
La candidatura de Trump era esperada después de que la semana pasada dijera que ayer haría un “gran anuncio” y que su asesor Jason Miller afirmara que el magnate “anunciará que se postula a la Presidencia”.
Miller prometió una declaración “muy profesional, muy formal”, aunque se esperaba que el expresidente estuviera rodeado de simpatizantes, según la agencia de noticias AFP.
Se consideraba poco probable que Trump, de 76 años, demorara el anuncio, tal como le sugirieron algunos asesores, debido a que ya anticipó que “quizás sea el discurso más importante pronunciado en la historia de Estados Unidos”.
De confirmarse la candidatura, podrá tener su revancha con Biden, de 79 años, a quien nunca le reconoció su victoria de 2020 y que también tiene intención de postularse.
Al terminar su mandato, Trump dejó Washington sumido en el caos, luego de haber agitado a sus simpatizantes que terminaron por asaltar el Capitolio el mismo día en que los legisladores se disponían a aprobar la victoria de su rival.
Trump se retiró de la arena política pero siguió recorriendo el país y recaudando fondos y dando discursos.
El exmandatario esperaba que en las elecciones de mitad de mandato, el martes pasado, sus candidatos arrasaran en las urnas y derrotaran a los demócratas para volver triunfante y lanzarse a la carrera presidencial.
Sin embargo, los demócratas conservaron el control del Senado y si bien todo parecía indicar que los republicanos se quedarán con el control de la Cámara de Representantes, será por menos margen del que esperaban.
Con esos resultados decepcionantes, sobre todo por la derrota de algunos de los candidatos apoyados por Trump, varios republicanos le pidieron que diera un paso al costado.
Eso le despejaría el camino al gobernador de Florida, Ron De Santis, de 44 años, quien tras revalidar su mandato se convirtió en la nueva estrella del partido y anticipó que su lucha “apenas comienza”.
Trump conserva su popularidad entre las bases e incluso las encuestas lo dan como vencedor de las primarias republicanas.
Sin embargo, los numerosos problemas legales que enfrenta amenazan su vuelta a la Casa Blanca.
El magnate es perseguido por la Justicia por haberse llevado documentos clasificados de la Casa Blanca, por intentar anular las elecciones en las que fue derrotado y por promover el ataque al Capitolio.
La semana pasada, sus abogados impugnaron una citación de la comisión especial del Congreso estadounidense que investiga dicho ataque, argumentando que el expresidente sigue gozando del llamado privilegio ejecutivo casi 22 meses después de dejar el cargo, y no puede ser obligado por el Congreso a comparecer.