En realidad se trata de una joven carlospacense que desde hace unos meses vive en Christchurch, ubicada en la isla sur de Nueva Zelanda. Ella representa simbólicamente al resto de los ciudadanos nacidos y/o criados en nuestra ciudad que están desperdigados por el mundo, muchos de los cuales recibieron el 2018 durante el transcurso del último día del 2017 en esta parte del planeta.
Vanesa Olguín fue la primera carlospacense en recibir el nuevo año en aquella ciudad del país de Oceanía. Tiene 28 años y se recibió en la carrera de Turismo y Hotelería, además es azafata con licencia pero todavía no ejerce su profesión.
“Vine hace 5 meses y me quedó aquí hasta septiembre. Vine a estudiar inglés y conseguí la visa para quedarme. Pienso sacar una nueva visa para quedarme al menos 3 años más y conseguir la residencia en este país que es fantástico, es el primer mundo realmente”, contó a Carlos Paz Vivo! desde el otro lado del mundo, ya entrada la madrugada luego de unos “festejos medidos”.
Vanesa refirió a que en aquel país la costumbre no es festejar a las 00 del primer día del año, sino que los festejos se realizan durante la misma jornada del 1 de enero, la cual es no laborable al igual que el día 2 del primer mes del año.
“Salí de trabajar minutos antes de las 00 y me esperaban con una cena. Acá son bastante ‘fríos’ pero nosotros igualmente festejamos porque no podemos desarraigarnos de nuestras costumbres. Luego seguiremos con los festejos con la gente de acá que, si bien son bastante distantes, también son confiados y nos tratan muy bien a los extranjeros. Será una comida muy muy tranquila con conocidos”, relató.
La joven, emocionada por estar lejos de su familia en una fecha como esta, dijo que “extraña” a los suyos y la calidez de nuestra sociedad. “Estamos siempre en contacto por Whatsapp pero a veces es complicado para coincidir por los horarios tan distintos. Ellos por ahí me llaman y acá son las 3 de la mañana, de a poco nos iremos acostumbrando a esto”.
Contó que comenzó trabajando en una fábrica de galletitas empaquetando, pero que actualmente está en la sección de armado de cajas. “Es muy aburrido pero pagan muy bien. Eso me permite ahorrar, conocer el país y avanzar con mis estudios para ejercer pronto mi profesión como azafata, que es el gran sueño de mi vida”, señaló.