El exceso de sedimentos finos y gruesos que se observan como grandes dunas, se destacan en la cuenca del lago San Roque, sobre todo en momentos en los que el embalse presenta un bajo caudal.
Esta semana, vecinos de Carlos Paz compartieron en redes sociales videos y fotos sobre la extracción de áridos en la costa del San Roque y se preguntan sobre la autorización para llevar a cabo la tarea y qué sucede posteriormente con todos los sedimentos que se obtienen de diferentes sectores de la cuenca.
“Estamos en el Centro Viejo sobre la Costanera, y nuevamente hay extracción de áridos en el Lago. Nos gustaría saber si tienen el permiso para hacerlo, qué autorizaciones tiene la municipalidad, que las muestre”, expresó una usuaria de Facebook.
Y luego se preguntó: “Por un lado está la necesidad de remediación del lago y por otro, nos gustaría saber qué negocios se hacen a partir de la extracción de áridos en nuestra ciudad”.
Cabe recordar que tanto la deforestación como los incendios que se producen en la cuenca del San Roque, generan un exceso de producción de sedimentos.
Carlos Paz Vivo consultó en el municipio sobre esta cuestión y no obtuvo respuesta.
En horas de la tarde, fuentes de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia indicaron que las máquinas que trabajan en el lugar están a cargo del municipio.
Pérdida de capacidad del almacenamiento de agua
“El lago ha perdido aproximadamente el 15% de su capacidad de almacenamiento desde la construcción del dique, debido a sedimentos que han sido transportados por los principales tributarios o ríos”, había explicado Marcelo García, docente de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC e investigador del Conicet, en diálogo con Carlos Paz Vivo!, haciendo referencia a estudios batimétricos realizados en el Embalse San Roque.
Según señaló el investigador, el río que más aporta sedimentos al lago San Roque es el San Antonio.
Cuando el nivel del embalse es bajo, el depósito de sedimentos se puede observar hasta aproximadamente la zona de Bahía de Gitano.
Los sedimentos provienen de la cuenca de aporte de aguas. Por tal motivo, según sostuvo García, “para hacer un manejo integrado de esos sedimentos, hay que tener en cuenta toda la cuenca”.
El sedimento que mayor impacto tiene en la disminución del volumen del embalse es el material grueso.
Formas de transporte del sedimento
Respecto a las formas de transporte del sedimento, García expresó: “Una es transporte en suspensión, que transporta los sedimentos más finos, y la otra es por el fondo, del material más grueso (arena), que generalmente se da en formas de dunas que se van moviendo en la profundidad del río”.
Un claro ejemplo del impacto del sedimento más grande en el lago, fue cuando en las últimas temporadas, luego del periodo de las lluvias, el nivel del Embalses bajó de manera significativa, y se vieron dunas desde el Puente Masilla hacia aguas abajo.
Esas dunas que aún pueden observarse, que se generaron en las últimas crecidas importantes de ríos y lagos, no pudieron mitigarse, son notables y disminuyen la capacidad del caudal.
Según sostuvo García, “es menester evaluar qué hacer con los sedimentos una vez que están en el embalse y tratar de prevenir para que no sigan llegando en grandes cantidades”.
“Una vez que los sedimentos llegan al embalse, es muy poco eficiente moverlos, porque el embalse del lago San Roque tiene una capacidad de 200 hectómetros cúbicos, que son 200 millones de metros cúbicos. Es decir, si quisiéramos recuperar el 1% de esa capacidad, necesitaríamos remover 2 millones de metros cúbicos de sedimentos”, expuso.
Y aclaró: “Para ilustrar la dificultar de remover los sedimentos que llegan al lago, añadió: “Un camión lleva alrededor de 4 metros cúbicos. Entonces tendríamos que mover 500 mil camiones para recuperar solamente el 1% de la capacidad del embalse. Para recuperar el 5%, serían 5 millones de camiones. Eso lo convierte en una tratamiento muy poco eficiente”.
¿Negocios detrás de la extracción de áridos?
En casos de acumulación de sedimentos como los que ocurre actualmente en el lago San Roque, el investigador consideró: “En estos casos es necesario tratar de evitar que ese sedimento llegue, y para eso hay que mantener la cuenca forestada y utilizar permisos para extracción de áridos, en las zonas donde los áridos presentan mayor calidad, donde todavía no están mezclados con el sedimento fino que viene en suspensión al lago. El que no está mezclado, es el sedimento útil para la construcción”, explicó García.
Para finalizar, advirtió: “Hay que habilitar solo la cantidad de sedimentos que trae el río. Si habilitamos más, podemos deteriorar la calidad del río”.