Por Fernando Agüero. Pasarán a la historia como las elecciones locales con más insignificancia tanto en la sensación de la opinión pública, como en la nula difusión del Estado sobre su realización y en una campaña prácticamente inexistente. La pandemia no es excusa, menos en tiempos en que las redes lo atraviesan todo.
Y sí, enterate: el próximo 22 de agosto Carlos Paz vota por tercera vez al Defensor del Pueblo y a su adjunto. Se vota porque la clase política de la ciudad, representando a toda la comunidad, decidió que esa figura se votara en elecciones populares y no sea designado a través de un acuerdo parlamentario como sucede en todas las ciudades y provincias que cuentan con este organismo popular. La palabra popular está repetida adrede para remarcar que si hay dos estamentos que representan al pueblo en la ciudad son el Concejo de Representantes y la Defensoría del Puebo y eso está en su propia denominación.
Por eso, que se esquive la participación popular o se planteen comicios en voz baja es una contradicción en todos los sentidos por los que se analice la cuestión. Sobre todo si se tiene en cuenta que la creación de la Defensoría del Pueblo y la decisión de que la designación de sus funcionarios se realice a través de una elección tuvo como fuerte mensaje de los convencionales la apertura a los vecinos de un organismo que escuche su voz antes que la del poder político de turno y que sea un intermediario ante éste en sus reclamos. Por distintas razones, la Defensoría no cautivó a los vecinos y hasta ahora ha quedado envuelta en los cabildeos de la clase política carlospacense.
En esta elección son cuatro los candidatos: el oficialismo de Carlos Paz Unido (no lo dice pero sí lo dice) propone a Víctor Curvino quien va como candidato de una alianza entre la UCR local y el partido provincial Encuentro Vecinal Córdoba. En la conducción del radicalismo coexisten referentes de distintas líneas internas con dirigentes que integran el Gobierno local. Y en las últimas semanas, varios funcionarios del Palacio 16 de Julio manifestaron su apoyo a Curvino en sus “estados” de Whatsapp y otras redes sociales. Curvino llegó a la política como un outsider en 2011, creo un partido propio y consiguió un tercer puesto en la primera elección que ganó Esteban Avilés en Carlos Paz. Luego, en 2015 conformó una alianza con el peronismo local y fue otra vez candidato a intendente en la segunda elección ganada por Avilés. En 2019 volvió a intentarlo de nuevo con su partido y esta vez el ganador fue Daniel Gómez Gesteira, el actual intendente.
Otra cara conocida es la de Rodrigo Serna, exlegislador por el Frente Cívico y con un paso veloz por la Secretaría de Turismo en una de las gestiones de Carlos Felpeto en la intendencia. Fue candidato a intendente en 2011 y 2019. Y ahora va por la Defensoría con el partido Unión Popular. Fue parte del Grupo Hipólito (la mesa chica radical de Avilés) y militó en el radicalismo junto al exintendente y actual presidente de la Agencia Córdoba Turismo hasta que surgieron diferencias irreconciliables que dividieron sus caminos.
La alianza Capaz, que llevó como candidato a intendente a Carlos Felpeto en 2019, se cambió de nombre para los comicios del Defensor y ahora se llama Presente. Su candidata es Libia Smania, dirigente de extracción justicialista que ocupó el lugar de María Fernanda Pujol, a quien la Justicia le rechazó su candidatura. La acompaña en la lista el expresidente del Tribunal de Cuentas, Rolando Rodríguez.
Otro outsider de la política, Emilio Iosa, se metió en la pelea con su partido Carlos Paz Despierta que propone como candidata a Gabriela Colombres, quien es preceptora de una escuela local y comenzó a actuar en política dentro del partido del médico exfuncionario del área de Salud del municipio durante el último gobierno de Esteban Avilés.
Las cartas están sobre la mesa sin que muchos vecinos de la ciudad sepan siquiera que existe una Defensoría del Pueblo en la ciudad. Pero en Carlos Paz se vota el 22 de agosto.
La democracia tiene errores, es humana y está inmersa en las contradicciones propias de nuestra especie. Lo que también tiene es esa posibilidad de que el pueblo se manifieste. Una posibilidad que tiene razón de ser cuando existe una verdadera participación, no sólo declamativa y para la foto.
Elecciones Defensoría del Pueblo: Ya podés consultar en qué escuela votás