La noticia encontró a Carlos Paz todavía en estado de shock. Al atardecer del 24 de agosto de 2015 la foto de Ingrid ya aparecía en las redes sociales, en los medios locales y provinciales. La familia la buscaba. Ingrid dejó a su hijita al cuidado de su mamá y, según se supo aquella tarde, dijo que iba a una entrevista laboral. Nunca regresó.
Al día siguiente, unos turistas que subían al Cerro de la Cruz, llamaron a la Policía. Un niño de 10 años había visto el cuerpo de una joven tendido en un caminito lateral al sendero principal. La Policía llegó al lugar y el peor rumor se confirmó: era Ingrid.
El desconcierto fue otra vez el sentimiento común en las calles. Hubo marchas en la Comisaría y clamor por Justicia. En la memoria de todos estaba una fecha, el 13 de marzo de 2015, y dos nombres: Andrea Castana y Hernán Sánchez. Sus cuerpos fueron encontrados en distintos lugares del Cerro de la Cruz, tiñendo de sangre el simbolismo que tuvo siempre el lugar para los carlospacenses. Había pasado otra vez y el horror se hizo palpable en la ciudad.
Este lunes, en la Cámara Séptima del Crimen, arranca el juicio en el que quien estará sentado en el banquillo es Marcos Haye.
Haye, de sospechoso a imputado
Marcos Haye era la última pareja de Ingrid. En pocos días, la fiscal Jorgelina Gómez logró concluir que de ser el principal sospechoso pasaba a convertirse en imputado de homicidio agravado y femicidio. Fue detenido y trasladado al penal de Bouwer donde espera hasta este agosto el juicio y la condena.
En aquellos días convulsionados de agosto de 2015, la fiscal ordenó el cierre del Cerro y un minucioso barrido del sector. A 10 metros de donde se encontró el cuerpo apareció un revólver calibre 22 que luego se determinó que fue el arma con que se efectuó el disparo. La autopsia determinó que Ingrid recibió un tiro desde atrás, que ingresó a su cabeza y le ocasionó la muerte de forma inmediata.
Según fuentes de la causa, las cámaras de seguridad desde el Cerro hasta la Terminal de Ómnibus determinaron que Hayes subió con Ingrid y bajó solo.
Los días sin Ingrid
Carlos Vidosa, papá de Ingrid, asegura que su vida y la de toda su familia cambió de manera abrupta desde aquel fatídico 24 de agosto.
“Nuestra vida hizo un vuelco de 180 grados, todo opuesto a lo que veníamos viviendo. La falta de Ingrid, una hija que se quedó sin mamá, sabiendo que era una chica llena de expectativas nos cambió totalmente la vida”, dice Carlos y apunta: “Esto es como si fuera un sueño del que querés despertar y ver a tu hija viva”.
En las últimas semanas, todo el entorno de Ingrid participó de una pericia denominada autopsia psicológica que fue solicitada por la defensa de Haye. “La defensa planteó la posibilidad de que Ingrid se hubiera suicidado y que Marcos Haye no tenía nada que ver. Estuvieron hablando con amigos, compañeros de la facultad, la familia”, cuenta y agrega: “No entiendo cómo hay abogados que defienden a un criminal y no se buscan otro modo de ganar dinero”.
Para Carlos Vidosa, algo que le aportaría un poco de tranquilidad a su familia y a la memoria de su hija sería una fuerte condena contra Haye. “Creo que tienen que darle la máxima pena, ni un día menos. Con todas las pruebas que se han presentado, con la alevosía con que actuó este criminal, esperamos la pena máxima”.
Su papá, recordó a Ingrid como a una chica solidaria, que siempre quería ayudar a los demás. “Ella siempre estaba colaborando con la sociedad, en sus últimos días quería ayudar a una escuela de Corrientes para llevarle pintura y ropa para los chicos. Era una persona muy humana”, dice y agrega: “Esto que pasó es un problema de toda la sociedad, no sólo un problema mío o de mi familia”.
La condena que se espera
El abogado de la familia de Ingrid, Carlos Nayi, asegura que pedirá la máxima pena para Haye. “Marcos Haye llega con una imputación sumamente grave: homicidio triplemente calificado por el vínculo, por alevosía y por violencia de género, femicidio”, detalla.
“Todo indica que de no mediar ninguna complicación el pronóstico es: prisión perpetua”, afirma el letrado y señala”: Este depredador planificó el crimen en medio de un escenario de violencia física y verbal, una relación tóxica, un hombre que la acosó y la aisló del mundo exterior y la condujo al Cerro de la Cruz con la excusa de entregarle un regalo, que le dijo que cerrara los ojos y la mató a traición. No sólo lo premeditó si no que después no medió arrepentimiento”.
Para Nayi, una de las últimas pruebas introducidas a la causa es fundamental y tiene que ver con el testimonio de un interno del penal de Bouwer que brindó detalles sobre una charla que tuvo con el acusado. El abogado relató el episodio: “Haye dijo de manera tranquila y pausada: Yo la maté, lo hubiera dicho el día anterior pero había mucha gente en el Cerro de la Cruz. Si lo tuviera que hacer de nuevo, lo haría; tiene lo que se merece” .