El nombre de Andrea Castana volvió a sonar con fuerza al pie del Cerro de la Cruz, un santuario que fue testigo de sus últimos pasos en la fatídica siesta del 11 de marzo de 2015. Este domingo, a tres años del crimen de la joven madre, sus allegados, amigos y familiares, y vecinos que no la conocieron pero que quisieron estar, caminaron por la avenida Estrada hasta el lugar que hoy guarda símbolos para recordarla.
Guillermo Castana, tío de la mujer, señaló que vivió la marcha con una “sensación rara” en la que se entremezclaron la “angustia, la desesperación, la impotencia”. “Vino bastante gente pero creo que debería haber mucha más. Esto no se trata de Andrea, ella ya está muerta y no va a volver, se trata de las mujeres que van a seguir muriendo por locos, enfermos, que andan sueltos con una impunidad terrible”, sostuvo.
Luego remarcó que en la causa casi no hay novedades. Y señaló: “Sospechas hay y no hay. Lo que es seguro es que no fue al azar, fue demasiado perfecto para haber sido al azar. Creo que fue apuntada, no sé si vio algo que no debía o se metió con alguien que no debía, pero es una opinión mía. Fue demasiado perfecto, el trabajo que se tomaron para enterrar el cuerpo, la ropa en otra punta de la montaña”.
Sostuvo, además, que la actuación de la justicia fue deficiente. “En ese momento se hizo un desastre, la montaña era un shopping lleno de gente, gente con buena voluntad”, que destruyó la escena del crimen, dijo Guillermo Castana y añadió: “Donde se encontró el cuerpo de Andrea, los que se quedaron destrozaron el lugar para hacer una chocita para pasar la noche, por ejemplo. Ese tipo de cosas, o son idiotas o cómplices, no me queda otra cosa que pensar”.
Hubo velas encendidas al pie del paseo, uno de los lugares con mayor presencia de turistas durante todo el año. Allí, los presentes pusieron su intención: que se sepa quién mató a Andrea y que pague por el crimen.
Cobertura: Andrés Ferreyra, Alberto Pereyra.
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