El presidente del Centro Comercial de Villa Carlos Paz, Jorge Fernández Campón, fundamentó el pedido que realizó al Ejecutivo municipal para que se condone el monto de la tasa de Industria y Comercio de los meses de marzo, abril y mayo de 2020. La demanda surge en el cierre masivo de negocios que provocó el decreto de Aislamiento Social Obligatorio y las ventas nulas de la mayoría de los rubros.
Fernández Campón opinó que el año comercial prácticamente “está perdido” y señaló que si hay una recuperación recién podrá verse en temporada de verano.
“Nuestros comercios son familiares y, salvo los grandes supermercados, no hay espaldas para aguantar”, remarcó el dirigente que agregó: “Fue un verano con mucha gente pero la facturación no fue excelente. Los alquileres y los servicios siguen corriendo y no entra un peso”.
Y puntualizó: “Se debe hacer un esfuerzo conjunto, el Estado municipal no puede hacer demasiado pero sí en el rubro de Industria y Comercio que va sobre las ventas que no existen ni existirán”.
Prevenir la hecatombe
El dirigente mercantil aseveró que el pedido al Ejecutivo es una forma de prevenir lo que puede pasar si no se toman medidas concretas. “Antes de que se produzca una hecatombe de cierre de negocios y despido de gentes, estamos pidiendo que se atienda nuestra realidad”, dijo y apuntó:”Se dice que está prohibido despedir, pero el negocio se cierra, no hay alternativa, no hay espaldas para aguantar”.
Fernández Campón señaló que hay que buscar la equidad y que cada sector ponga lo suyo para resolver la crisis económica que subyace a la crisis sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus en el país y en ciudades turísticas como Carlos Paz.
“Creo que este año está perdido. No creo que haya ninguna posibilidad de que se recupere la economía en este año”, indicó y acotó: “Para colmo, ya veníamos golpeados. La nuestra no es una economía como la alemana, por ejemplo, que puede soportar el chubasco y soportar algunos problemas y reactivarse”.
Opinó, además, que la temporada estudiantil también corre serios riesgos. “Me parece que tampoco va a tener muchas posibilidades. Si medianamente la cosa se arregla, la expectativa está en el verano”, expresó.
Y añadió: “Va a ser un año muy largo y va a haber que poner el espíritu en la heladera, no enojarse y tratar de que se sufra lo menos posible y que no se perjudique al que tiene las menores posibilidades que es el empleado”.