“Va a ser una transmisión adrenalínica, sumado a que el vivo de por sí es incontrolable. Yo termino la transmisión y me desmayo. Me dicen ‘¡corten!’ y me caigo redondo en el suelo”, asegura entre risas Axel Kuschevatzky (48), el periodista argentino que esta noche tendrá un lugar en la alfombra roja por la que desfilarán actores, directores y celebridades que participarán de la 93º entrega de premios de la Academia de Hollywood, que se realizará en medio de un inédito protocolo por la pandemia.
“La gala va a ser presencial, no por Zoom. Nadie va a recibir el premio en su casa, sentado en piyama en el sillón”, cuenta Kuschevatzky desde Los Ángeles, ciudad en la que está radicado desde comienzos del año pasado y en la que repetirá una rutina que lo apasiona desde 2004: protagonizar el “pre-show” de la entrega de los Oscar para la señal TNT, encargada de la transmición para América Latina.
Además de periodista, Kuschevatzky es guionista y productor cinematográfico. Fue productor asociado de “El secreto de sus ojos” (obtuvo el Oscar a Mejor Película Extranjera en 2010) y de filmes como “Relatos salvajes”, “El ángel” y “El robo del siglo”, entre muchos otros.
Desde 2020 vive en Culver City, a unos pocos minutos de Hollywood, a donde llegó poco antes de que se declare la pandemia para desarrollar su productora, Infinity Hill, responsable de la serie británica “Staged” (Directv Go) y de “Nasha Natasha” (Netflix).
Kuschevatzky conversó con Télam a poco de la gala. Habló sobre la vida en los Estados Unidos durante la pandemia (“California tardó más que la Argentina en habilitar actividades”) y contó por qué en Los Ángeles, la meca del cine, la mayoría de las salas permanecen cerradas.
Adelanta también cómo será la premiación, cuáles son sus películas favoritas y repasa la reconversión que está sufriendo la industria cinematográfica a partir del auge de las plataformas y de las nuevas formas de consumo.
-Axel, llegaste a Los Ángeles a comienzos del año pasado para radicarte allí y desarrollar tu produtora pero al poco tiempo el Covid lo cambió todo ¿Cómo es convivir con la pandemia en los Estados Unidos?
-Yo quiero salir a matar fantasias (risas). Los argentinos suponemos que en otros países las crisis son más ordenadas. Y las crisis son crisis. Después hay diferencias culturales. Los primeros meses acá fueron muy bravos. Íbamos al supermercado y no había papel higiénico. Nos mirábamos con mi mujer y era como volver a la Argentina de la hiperinfación de 1989. El comienzo de la pandemia fue muy estresante hasta que empezó a haber más claridad sobre cómo había que convivir con el coronavirus.
-¿Y cómo había que hacerlo?
-Mirá, mis hijos volvieron al colegio recién esta semana. Hasta entonces era todo por Zoom. Hubo períodos, aún más largos que en la Argentina, donde solo podías ir a buscar comida a los restaurant. California tardó más que nuestro país en habilitar actividades.
-Cómo convivir con la pandemia forma parte de un fuerte debate en la Argentina ¿Qué pasó con las clases ahí?
– Acá no hubo presencialidad. Incluso hubo una discusión muy fuerte donde los docentes no querían volver a dar clases después de las vacaciones de invierno sin estar vacunados. Los que dicen que estas discusiones solo existen en la Argentina se equivocan. Desde afuera el pasto del vecino siempre es verde. Hoy mis hijos van a la escuela solo dos días semana y en burbujas.
-¿Y qué pasó con los cines en la ciudad del cine?
-Todavía no se puede ir al cine en gran parte de la ciudad. En mi barrio, por ejemplo, no se habilitó. En los estudios donde se filma se volvió pero en las oficinas no. Oficinas gigantes de Beverly Hills, de los grandes agencias de representantes, están cerradas desde hace un año. Y por supuesto que también se está discutiendo si en el futuro vale la pena volver al trabajo presencial y cuánto.
-En este contexto se entregan los Premios Oscar ¿Cómo va a ser la gala?
-La gala va a ser presencial, no por Zoom. Nadie va a recibir el premio en su casa, sentado en piyama en el sillón, como pasó con otras premiaciones. Va a haber tres lugares de entrega. El principal es acá, en Los Ángeles, y los otros en París y en Londres. El de acá no va a hacer en el Dolby Theatre, que es donde se hizo los últimos quince años, sino en Union Station, que es la estación central de trenes de la ciudad.
-Un espacio muy amplio pero con menos participantes…
-Están delimitando la cantidad de medios y la cantidad de invitados. En el recinto donde se hace la entrega sólo va a haber 170 personas por tanda. Es decir, cuando pasa la categoría en la que están nominados esa gente se retira e ingresa la siguiente. No va a haber invitados de la Academia ni nadie más que nominados y presentadores con un acompañante. Tampoco va a haber público en gradas.
-¿También va a haber protocolo para la alfombra roja?
– Sí, claro. En la alfombra roja va a haber dos fotógrafos y sólo ocho medios de todo el mundo. Nosotros con TNT seremos el único medio de Latinoamerica. A quienes vamos a estar ahí nos están haciendo testeos. Yo tuve mi primer hisopado ayer (lunes). Va a haber 2,10 metros entre entrevistador y entrevistado, además de mucha distancia entre los equipos de grabación. Sin embargo, durante las entrevistas no tenemos que usar barbijo, como tampoco quienes estén en el recinto durante la transmición. Sí habrá que usar barbijo durante los cortes.
– Veremos un evento “normal” pero a escala reducida, controlada…
– Creo que el plan es una gala a escala pero con cierto grado de intimidad. No quieren que se pierda que es un espectáculo. Pero sin dudas va a ser un espectáculo diferente. Me parece que la intención es darle a la audiencia cierta conexión con una vida que todos queremos que vuelva.
– Participás del “pre-show” de la entrega de los Oscar desde hace más de 15 años ¿Cómo te preprás está vez?
– Hay dos aspectos principales. Uno intelectual: ver todas las películas, estudiar, si tengo amigos nominados llamarlos para preguntarles sobre los filmes y arreglar que vengan a la alfombra, ensayar con el equipo, hacer el trabajo de prensa. Pero también hay algo que es físico. Para mi el Oscar funciona como el verano para el resto de la humanidad. Cuando llega el verano la gente dice “voy a hacer la dieta”, “voy a tratar de no zarparme en las fiestas porque sino no me entra la malla”… A mi me pasa con el Oscar. Vuelvo a hacer actividad física, dejo de comer harinas, porque digo “este traje me tiene que entrar” (risas).
– Bajás el colesterol…
– Tiene ese beneficio colateral… El grado de exposición que tienen los Oscar es muy alto. La transmición que hacemos por TNT llega a 45 países y territorios de Latinoamérica, a aproximadamente 90 millones de hogares. Es mucha gente la que está del otro lado cuando tenés el privilegio de estar en el lugar que por suerte me dejan ocupar.
– Es una premiación atípica, sin que las películas hayan podido verse en las salas, ¿modifica eso tu relación con los filmes?
– A pesar de eso hay muchas películas que me gustan mucho, que me generan un montón de preguntas, que me dan curiosidad y con las que siento algún tipo de conexión emocional. Pero tampoco deja de ser tan común. Incluso con los cines abiertos gran partes de los filmes que competían por el Oscar se estrenaban cerca o después de la premiación. Mucha gente llegaba a la transmición sin haberlas visto. De hecho hoy tenes más acceso a algunas películas que en otra época. Hoy tres de los cinco documentales nominados los podés ver en Netflix. Algo parecido pasa con los cortos o con las películas extranjeras, que antes practicamente no tenías fromas de ver.
– Sin embargo no deja de resultar extraño que se premien filmes que no fueron vistos por el público, al menos de la manera tradicional de ver cine…
– Es verdad que como las películas no están en el cine te queda la sensación de que están como en un vacío. No viste los carteles en la calle, no leíste a críticas cuando se estrenaron, no vino alguien y te comentó que la fue a ver… Todo esto es verdad. Pero el Oscar, como evento, a veces tiene una leve disociación con las películas que premia. Tenés actores de perfil muy alto presentando Oscar a los que a lo mejor no estuvieron nominados en su vida.
-¿Cúales son tus favoritas para este domingo?
– De las ocho peliculas nominadas las tres que más megustaron fueron: “Judas And The Black Messiah”, “Nomadland” y “The Fhater”. Son las que más disfruté como espectador, con las que más conecté emocionalmente. Ninguna de las tres tiene que ver con mi experiencia de vida pero esa es precisamente la magia del cine: no solamente te traslada a universos que no existen sino a universos emocionales que te son ajenos.
– ¿Y cuál crees que es la gran candidata a Mejor Película?
-“Nomadland”. Cuando te fijas en todas las entregas de premios previas va en esa dirección. Igual no deja de ser un año muy impredescible. No sabés qué va a pasar.
-¿Qué puede pasar con la categoría de Mejor Actriz y Mejor Actor?
-La de Mejor Actriz es la más peleada este año porque todas las nominadas han ganado diferentes premios. Tengo la sensación de que Viola Davis puede ganar. Creo que la actuación de Carey Mulligan en “Hermosa venganza” llamo mucho la atención, aunque también es cierto que la película en sí divide opiniones.
-¿Y entre los actores?
-Ahí tenés un candidato emocional que es Chadwick Boseman, quien falleció poco después de hacer “La madre del blues”, al que es muy dificil ganarle. Yo igual tengo la sensación de que hay candidatos mejores, como Riz Ahmed en “Sound of Metal”. Aunque es tan sutil que no es el tipo de actuaciones que la Academia premia, que suele premiar actuaciones con perfil más alto, donde la gente mueve más las manos (risas). Como Actor Secundario creo que va a ganar Daniel Kaluuya por “Judas and the Black Messiah”, que tiene una actuación alucinante. Aunque es una nominación un poco tramposa porque es un personaje más protagónico que secundario. Pero bueno, es la magia de las premiaciones…
-Hablábamos de una premiación con filmes que no pasaron por las salas y donde aparece el doble efecto del Covid y del auge de plataformas como Netflix, Amazon o Disney+ ¿Estamos ante el fin del cine como lo entendíamos hasta ahora?
-Antes de la pandemia las cifras de venta de tickets iban en aumento en todo el mundo. Y ya tenías Netflix, Amazon, etcétera. Hay muchos estudios que dicen que la gente que consume más cine en las salas es la que más cine también consume en su casa. Las plataformas tienen un efecto mayor en el consumo hogareño y se disputan a los espectadores que ven cine en su casa, no a los que salen a ver películas. Porque una cosa es ver una película y otra es ir al cine, son experiencias diferentes ¿Cuántas veces esuchamos que el cine se estaba muriendo? Yo lo escuché millones de veces. Primero fue la televisión, después el cable, el video, el DVD, internet, la piratería… y el cine no murió. Sí creo que va a haber cambios en el consumo.
-¿Cuáles?
-El principal es que hay peliculas que se van a estrenar al mismo tiempo (en salas y plataformas), peliculas que sólo se van a estrenar en plataformas y otras que llegarán antes a las salas. En dos años vamos a mirar hacia atrás y vamos a decir:”¿Te acordás cuando el cine estaba agonizando?”. Sí es más complicado para las películas que no están sostenidas por los grandes estudios ganarse un espacio.
-¿Habrá que pensar en cuotas de exhibición para proteger a esas películas?
-Puede haber legislación que regule un sistema de exhibición y otra para que exista un tipo de contenido particular, lo que no podés regular es el deseo de la audiencia de ver una cosa y no otra. No es completamente cierto que una cuota de pantalla provoque que se vea más cine argentino. Por otro lado es verdad que una película en inglés distribuye su riesgo en muchos países al mismo tiempo y en cambio una película local solo en el país donde se genera el contenido. Y esto sí que es una carrera desigual. Entonces lo que los productores pedimos al sector público es generar condiciones que te permitan hacer las películas y que te permitan comunicarlas. Pero no le puedo pedir al Estado que encuentre una fórmula para hacer peliculas que la gente quiera ver.
-Las plataformas le abren más posibilidades de exhibición a las películas ‘chicas’?
-De exhibición y de financiación. Si una plataforma te precompra un contenido no estás atado al resultado de la taquilla para pagar la película. Uno no se puede enojar con que existan plataformas o nuevas formas de acceso o de hábitos de consumo. Tampoco una plataforma va a tomar todos los contenidos locales que existen. La pregunta es qué estamos haciendo nosotros para hacer películas interesantes y qué escala tienen que tener las películas que queremos hacer.
-En plena pandemia hiciste la serie británica “Staged“y “Nasha Natasha” ¿Cómo fue producir en condiciones de encierro y asilamiento?
– Fue superponerse a la depresión de las primeras semanas: posición fetal chupándose el dedo gordo del pie y pensar qué hacemos. De la frustración nació la idea de una serie (“Staged”) con celulares y Zoom. Y que reflejara el contexto, porque esa es la otra cosa que para mi es una obsesión como productor. Incluso si hacés una comedia liviana buscas que comente el contexto. Bucamos producir contenidos que estén vivos, que no sean de fórmulas. Queremos que tengan conexión con lo que le va pasando a la audiencia.