Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda.

Nueva Zelanda registró este martes el primer contagio de Covid-19 por transmisión local, en seis meses, y entró en alerta: la primera ministra, Jacinda Ardern, decretó desde esta noche un confinamiento por tres días para todo el país.

Ardern afirmó que el pequeño país de Oceanía, que no había registrado contagios de transmisión local en medio año -desde el 28 de febrero-, no podía correr riesgos con la variante delta, la cual “cambia la situación” por ser más contagiosa.

”Hemos visto lo que puede ocurrir en otros lugares si no llegamos a controlar la situación. Solo tenemos una oportunidad”, afirmó la mandataria en declaraciones públicas. Según el anuncio oficial, toda la población del país será confinada durante tres días y aquellos neozelandeses que residan en las ciudades de Auckland Coromandel -de la Isla Norte-, deberán encerrarse por una semana.

Al margen del escándalo que se desató el año pasado cuando el ministro de Salud, David Clarkfue desplazado de su puesto por viajar a la playa con su familia en pleno aislamiento estricto, el gobierno de Arden ha sido reconocido por el manejo eficaz de la pandemia del coronavirus.

Los números en Nueva Zelanda

En efecto, hasta el momento, Nueva Zelanda acumula 26 muertes por Covid-19, en una población de cinco millones de habitantes. Hacía más de un año que cualquier tipo de aislamiento había sido levantado y la vida había retomado su curso casi normal.

No obstante, la campaña de vacunación avanza de manera paulatina, y solo un 20% de la población cuenta con el esquema completo de vacunas.

La medida reciente, que surge ante el temor de que el caso detectado corresponda a la variante delta -más contagiosa que la original-, entrará en vigor a medianoche, aunque los casi 1,7 millones de habitantes de Auckland, la ciudad más poblada de Nueva Zelanda, y los más de 1600 de la aledaña península de Coromandel estarán confinados durante siete días.

La excepción responde a que el caso de contagio fue detectado en Auckland, en donde el Gobierno había acudido a cierres intermitentes durante el año pasado, hasta que consiguió frenar el ingreso del virus al país.

”Una respuesta firme y temprana es la mejor herramienta para erradicar una posible propagación, y todos en Nueva Zelanda deben mantener la calma, ser amables y cumplir su parte mientras reunimos más información”, aseguraron en el ministerio de Salud.

Fuente: La Nación.