En una nueva jornada de protestas, miles de manifestantes salieron a las calles de Hong Kong para exigir la renuncia de la jefe del gobierno y dirigente por Beijing, Carrie Lam; y un grupo más reducido, la independencia total de China.
La Policía respondió reprimiendo masivamente; una decisión que desató momentos de caos con manifestantes tirando objetos a los uniformados desde el primer piso de un shopping aledaño.
Según los organizadores, marcharon más de 115 mil personas, mientras que la Policía calculó que fueron unas 28 mil, informó el diario local South China Morning Post.
En paralelo a esta protesta, alrededor de mil periodistas se concentraron frente a la sede general de la Policía de Hong Kong con la consigna “Detener la violencia policial y defender la libertad de prensa”.
En las últimas semanas, “los periodistas fueron dispersados injustificadamente, empujados, insultados verbalmente e incluso golpeados con bastones y disparados con balas de goma por los agentes”, denunció el presidente de la Asociación de Periodistas de Hong Kong, Chris Yeung.