La policía de Maine continúa buscando intensamente al reservista del ejército estadounidense sospechoso de matar a tiros al menos a 18 personas y herir a otras 13 tras producir un tiroteo en un bowling y en un bar-restaurante de la ciudad de Lewiston.
En una persecución intensa, agentes policiales fueron desplegados por todo el sur de Maine con una orden de detención contra Robert R. Card, sargento de una base cercana de la Reserva del Ejército que, según las fuerzas del orden, había sido internado temporalmente en un centro de salud mental durante el verano.
La Policía Estatal de Maine encontró un todoterreno blanco que creen que Card condujo hasta la localidad de Lisbon, a unos 11 kilómetros de Lewiston, e instó a la población a permanecer en casa en Lewiston y Lisbon.
Se cree que habría escapado por agua en un bote que tenía preparado para su huida tras desatar la masacre.
Los distritos escolares públicos de la zona cancelaron las clases el jueves y la policía instó a los residentes a permanecer en sus casas.
Card, de 40 años, es un especialista en suministro de petróleo en la base de la Reserva del Ejército en Saco, Maine, que nunca había sido desplegado en combate desde que se alistó en 2002, dijo el Ejército estadounidense.
Problemas de salud mental
Un boletín de las fuerzas de seguridad de Maine describió a Card como un instructor de armas de fuego que había declarado recientemente que había estado oyendo voces y que tenía otros problemas de salud mental.
Amenazó con disparar contra la base de la Guardia Nacional en Saco y “se informó de que había sido internado en un centro de salud mental durante dos semanas en el verano de 2023 y posteriormente puesto en libertad”, según el boletín del Centro de Información y Análisis de Maine, una unidad de la policía estatal.
Los ataques comenzaron al atardecer en un bowling donde una clienta y seis hombres fueron abatidos a tiros, dijo la policía. Y al cabo de unos 10 minutos, recibieron informes de un tiroteo en un restaurante situado a unos cinco kilómetros de distancia, donde siete hombres murieron por disparos mortales, según confirmó la policía.
Tres víctimas que fueron trasladadas a hospitales fallecieron más tarde a causa de sus heridas. Los médicos del Maine Central Health Care estaban atendiendo a ocho supervivientes, tres de ellos en estado crítico, según declaró a la prensa el médico John Alexander.
Fuente: Cadena 3.