Las bajas temperaturas afectan principalmente a las personas sin techo, en condiciones de pobreza, adultos mayores y los campos de refugiados.
Más de 60 personas murieron ya en Europa por la fuerte ola polar, que afecta principalmente a las personas sin techo, en condiciones de pobreza, adultos mayores y los campos de refugiados.
De acuerdo con el recuento realizado por distintas agencias, un total de 61 personas fallecieron, un tercio de ellos en Polonia, por el frío extremo que afecta incluso regiones normalmente más calidas como el sur de Italia o Grecia.
La policía rumana suspendió la navegación a lo largo de 900 kilómetros del río Danubio, por el peligro del agua congelada, misma decisión que ya tomaron las autoridades croatas y serbias.
Además de los fallecidos, en Polonia la ola polar llevó al cierre de escuelas en algunas regiones, no tanto por las bajas temperaturas sino por los alarmantes niveles de smog producidos por la quema de carbón, residuos y hasta plástico para generar una fuente de calor.
Al menos cinco personas murieron en Albania, donde nevó en la sureña ciudad de Saranda por primera vez en 32 años y otras 3 fueron encontradas sin vida en Macedonia donde la temperatura llegó a los 20 grados bajo cero.
Mientras tanto, el gobierno griego busca responder a las críticas de organismos internacionales por la falta de asistencia a los refugiados en los múltiples campos cubiertos por una gruesa capa de nieve.
Las autoridades anunciaron que unos 250 migrantes serán trasladados de sus habituales carpas a habitaciones vacías de hoteles, además de enviar un buque militar a Lesbos para que sirva de refugio temporal.