Gregg Popovich, entrenador de los San Antonio Spurs, fue entrevistado para el #ManuMoments y no ahorró elogios al hablar de Manu Ginóbili y de cómo fue creciendo su relación con el paso del tiempo.
“Cuando lo drafteamos, definitivamente no sabíamos que se iba a convertir en Manu. Cuando llegó, desafortunadamente tenía una lesión en uno de sus tobillos, por lo que estuvo que estar fuera por un tiempo. Todavía lo recuerdo a Tim Duncan preguntándome durante ese período, ‘¿es tan bueno como nos dijiste?’. Aproximadamente en enero estuvo totalmente recuperado y empezó a crecer y a alejarse. Cuando Tim Duncan levanta sus cejas con asombro, ahí te das cuenta que algo está pasando”, comentó Pop.
El entrenador también detalló la difícil etapa de ensamblaje entre ambos: “Al principio trataba de ser el señor entrenador, pero Manu hacía cosas demasiado creativas para mí. Tuve que mirarlo competir más y más, para darme cuenta cada vez más de los resultados. Comprendí que era un jugador del cual debía apartarme y simplemente dejarlo jugar. Solo tiraba algún consejo por acá y por allá, pero él tenía que ser Manu. En un punto a lo largo de esa progresión, él me miró y me dijo: ‘esto es lo que hago’. Eso me golpeó por algún motivo y me hizo terminar de darme cuenta que era tiempo para alejarme y disfrutar”.
“Es un individuo muy cariñoso. Sin importar el grado de competitividad que esté plasmando, en un tiempo muerto le va a estar hablando a todos los miembros del equipo: con aquel que cometió un error, luego aparecerá junto a otro. Él le da a cada uno de sus compañeros ese sentimiento de nunca rendirse. Siempre está ahí, siempre está haciendo algo para que la situación sea exitosa. Dentro y fuera del piso era tan agradable. Amaba a la gente y su pasión por el juego fue ejemplar. Las memorias son hermosas, Manu nunca podrá ser igualado”, termina el entrenador más ganador de la historia de la NBA.
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