Se la entregaron después de 37 años, hijos de un suboficial de la Armada que lo acompañó cuando murió en la isla. La mujer los recibió en su casa de la ciudad cordobesa de Las Varillas.
“Abuela, hay una carta del Jorge”, le dijo una de sus nietas a Manuela Roldán el 31 de marzo pasado. Hacia un mes que la mujer sabía de la existencia del sobre, que contenía un papel con la letra de su hijo, Jorge Ludueña.
Dos días antes de que se cumpla el 37° aniversario por la Guerra de Malvinas, Manuela recibió en su casa a Héctor Wilfredo Gaete y Yito Gaete, dos de los hijos del suboficial Principal Miguel Ángel Gaete, fallecido hace cuatro años.
Viajaron a entregarla en mano
Los hermanos llegaron a Las Varillas desde la ciudad santafesina de Santo Tomé. Su padre encontró la carta, que entregaron a Manuela, entre las pertenencias de Jorge, su hijo, cuando falleció en Malvinas.
Jorge no perdió la vida en combate. Falleció el 20 de mayo de 1982 producto de un malestar por la alimentación. De pequeño había sufrido hepatitis y debía tener algunos cuidados, contó su madre a Magazine Activo.
La mujer dijo al medio local, que todavía no se había detenido a leer sola el papel, pero que los familiares la leyeron en voz alta. “A lo mejor no le llegó nada de lo que le mandábamos”, comentó Manuela sobre algunas oraciones en donde Jorge pide abrigo y chocolates.
La carta
El medio varillense, El Heraldo, transcribió lo que dice el papel que Jorge envió a su familia, en donde nombra a cada uno de sus integrantes, pero que llegó a destino 37 años después:
“Queridos Padres: Les escribo estas líneas, para decirles que estoy bien y espero que sepan dónde estoy y que no se hagan problemas porque no va pasar nada, rogándole a Dios. Estas líneas son para contarles que aquí hace mucho frío y que la comida es escasa y espero que esto termine pronto así estás más tranquila. Te cuento que el mes pasado nos pagaron el sueldo y cada uno sacó 20 millones y que pagan todos los fines de mes. Pero mándame el pulóver y un par de medias porque vamos a salir de licencia, todos los fin de semana si salimos de esta.
Querida hermana te escribo estas líneas para decirte que estoy bien y que no te asustes por lo que está pasando, espero se arregle pronto así están más tranquilos. Estela mándame una carta por lo menos, que escriba la mami que hace mucho que no escribe. Cada vez que hay cartas espero una de ustedes, y cuando no me mandan me pongo triste. Estela como andas con el “Beto”, se llevan bien o andan a las patadas y la Marita como esta grande, picuda no me extraña. Vos sabes como la extraño a la Marita hay soldados que extrañan a sus hermanitos y yo le dije que tengo una sobrina. Bueno estela sin más nada que contarte saludos al “Beto” y besos a la Marita y a vos chau hermana.
Queridos Tíos y abuela: Les escribo estas líneas para decirles que estoy bien y que estoy un poco preocupado porque aquí hace mucho frío y la comida es muy poca, espero que no te enojes de no haberte escrito una carta, es que no tengo tanto tiempo, espero que ustedes se encuentren bien y que escriban una carta en vez en cuando para saber cómo andan. El Oscar si trabaja y el Hugo sigue trabajando de Valbo y consiguieron la casa del barrio que se hicieron anotar y la Ester como anda con el José, espero que me manden una encomienda con masitas y chocolatines. Bueno sin más nada que contarles le mando besos a todos Chau. Perdonen la letra”.
¿Dónde estaba guardada?
Todavía emocionada, dijo que hará un cuadro con el papel y el sobre que muestran los 37 años que estuvo guardada, de cajón en cajón.
No estuvo perdida, señalaron los hijos del suboficial, “mi papá quería traérsela, decía que prefería entregarla en mano antes de enviarla y que nunca llegue”, le dijeron los hijos de quien estuvo durante las últimas horas de vida de Jorge.
Pero a Miguel Ángel Gaete le hacía muy mal hablar de Malvinas, “había noches que se levantaba a escribir un diario”, le contaron a Manuela durante la visita en Las Varillas.
Los hombres señalaron que durante estos casi 40 años se mudaron varias veces y eso impidió entregar la carta.
“Pensábamos que iba a volver”
Jorge Ludueña viajó a Malvinas desde el Regimiento 8 de Infantería en Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut. Con 18 años fue incorporado al conflicto bélico en el que perdieron la vida 629 soldados.
“No teníamos noción lo que era una guerra, pensábamos que iba a volver”, dijo Manuela al medio local.
La mujer viajó tres veces a las Islas Malvinas. El cuerpo de su hijo está enterrado en el Cementerio de Darwin.
Al final del siguiente video se puede ver el momento de la entrega de la carta.
Fotos y video: diariodelasvarillas.com.ar y Facebook Lorenzo Pacheco