Más de 1.400.000 electores están habilitados para elegir al gobernador que sucederá al radical Alfredo Cornejo, entre cuatro candidatos de las fuerzas que compiten.
De hecho, el candidato a gobernador por el oficialismo provincial no sólo fue el postulante más votado en las primarias, sino que su coalición aventajó por más de siete puntos a Elegí Mendoza, en cuya interna Fernández Sagasti derrotó ajustadamente al intendente de Maipú, Alejandro Bermejo, por menos de tres puntos de diferencia.
En aquella elección de junio, Protectora, que postula al diputado nacional José Luis Ramón, quedó en tercer lugar, con poco más del ocho por ciento de las preferencias, relegando al cuarto puesto a Noelia Barbeito, la representante del Frente de Izquierda.
Pese a los buenos números que obtuvo Cambia Mendoza (sobrepasó los 45 puntos), cuyos dirigentes más reconocidos en la provincia son el gobernador Alfredo Cornejo y el senador nacional Julio Cobos, todos de origen radical, las PASO nacionales que se celebraron en agosto borraron las sonrisas del oficialismo y arrojaron un manto de dudas sobre las posibilidades de triunfo.
Se dio en Mendoza (donde no existe la reelección de gobernador) la tendencia que viene reiterándose en el resto de las provincias que ya adelantaron sus comicios: los votantes deciden una cosa a nivel local y otra a nivel nacional.
La fórmula de Juntos por el Cambio, compuesta por el presidente Mauricio Macri y el senador nacional Miguel Angel Pichetto, arañó el 37%, ocho puntos menos que la fuerza que los representa a nivel provincial.
La separación de los comicios provinciales de los nacionales resultó en beneficio del radicalismo local, dispuesta por una decisión política del gobernador Cornejo, quien en el último año tuvo varios desacuerdos con el oficialismo nacional, que no ataron sus chances a la suerte electoral de la fórmula Macri-Pichetto.