Los líderes de la Unión Europea (UE) dieron inicio a una complicada cumbre de dos días en Bruselas en la que buscarán superar divisiones en torno al proceso de adhesión de Ucrania al bloque y al conflicto entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, dijo al llegar al encuentro que “la UE no puede iniciar ya negociaciones de adhesión con Ucrania”, lo que arrojó incertidumbre sobre los resultados de la cumbre, además de una fuerte presión sobre el resto de los líderes.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sumó más presión aún al afirmar que existe un “riesgo real” de que el presidente ruso, Vladimir Putin, no se detenga en Ucrania si gana la guerra allí.
Putin dijo en su conferencia de prensa de fin de año que los objetivos de Rusia en su invasión a Ucrania no han cambiado y que la paz no será posible hasta que sean alcanzados.
La sensibilidad de la discusión sobre la ampliación del bloque y la adhesión de Ucrania es tan espinosa que fuentes diplomáticas no descartan que la cumbre, que debería terminar el viernes, pueda extenderse al sábado, informó la agencia de noticias AFP.
En este marco, el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, dijo a sus homólogos europeos que Putin se aprovecharía de un eventual fracaso de la cita en Bruselas.
“No le den su primera, y única victoria de este año”, les pidió.
Orban, sin embargo, se mostró completamente opuesto: “No hay razones para discutir nada, porque las precondiciones impuestas a Ucrania no fueron cumplidas (…) De forma que no estamos en posición de comenzar a negociar”, afirmó el premier húngaro, que tiene buenas relaciones con Putin.
Para Orban, “será necesario volver a este asunto más tarde”, cuando “las precondiciones sean cumplidas”.
Durante la cumbre, los líderes de los 27 países de la UE tenían previsto apoyar un informe de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo del bloque, que recomienda iniciar las negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia.
Además de la ampliación, los dirigentes deberían dar luz verde a un nuevo paquete de ayuda financiera a Ucrania por 50.000 millones de euros.
Esta discusión ocurre en momentos en que aumentan las dudas sobre la continuidad del respaldo de las potencias occidentales a Ucrania en su guerra contra Rusia, que comenzó en febrero de 2022.
Zelenski estuvo esta semana en Washington para intentar desbloquear la ayuda militar de Estados Unidos trabada en el Congreso por el opositor Partido Republicano, y el presidente Joe Biden, del Partido Demócrata, le prometió mantener la asistencia.
Al llegar a la cumbre de la UE, el jefe de la diplomacia del bloque, Josep Borrell, dijo que el apoyo a Ucrania es una “cuestión existencial”.
“Creo que Ucrania ha realizado un trabajo increíble para cumplir con las condiciones” que le fueron presentadas, dijo Borrell ante las objeciones de Orban.
La cumbre debería también conceder el estatus formal de país candidato a la adhesión a Georgia, al tiempo que Bosnia aún tendría que cumplir con las precondiciones iniciales para que las negociaciones de adhesión puedan comenzar.
Incluso si los mandatarios europeos deciden abrir negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia, el proceso tarda varios años en los que se extienden las conversaciones y se implementan reformas, y en algunos casos pueden durar más de una década.
Conflicto Israel-Hamas
Otro tema que será discutido en la cumbre es la escalada entre Israel y Hamas desatada el 7 de octubre luego de que milicianos del grupo islamista palestino asesinaran a 1.200 personas en el sur israelí, tras infiltrarse desde la Franja de Gaza, y secuestraran a otras 240, incluyendo una veintena de argentinos.
Israel respondió con una ofensiva aérea y terrestre contra Hamas en Gaza que ha dejado más de 18.600 palestinos muertos y gran destrucción, lo que generó críticas internacionales, incluyendo de su aliado Estados Unidos.
Al llegar a la cumbre, el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, afirmó que la UE estaba perdiendo credibilidad debido a la falta de una posición clara frente a la escalada e instó a sus homólogos para que le pidan a a Israel un alto el fuego humanitario.
Varadkar dijo que la UE debería no solo condenar el “terrorismo perpetrado por Hamas” sino también pedir justicia para el pueblo palestino.
Los 27 países de la UE están divididos desde hace mucho tiempo en su enfoque hacia Israel y Palestina.
En su reunión anterior en octubre, los líderes de la UE pidieron “un acceso humanitario continuo y seguro” a la población civil de Gaza, corredores humanitarios y “pausas” para atender sus necesidades, pero no un alto el fuego.
Varadkar dijo que espera que esta vez logren una “redacción más fuerte”.
“Hemos perdido credibilidad en el Sur global, que en realidad es la mayor parte del mundo, debido a lo que se percibe como un doble estandar. Y hay algo de verdad en eso, francamente”, agregó.
Antes de la cumbre, Varadkar, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y los primeros ministros de Bélgica y Malta escribieron a Michel, pidiéndole que organizara un “debate serio” sobre Israel y Hamas y la “catástrofe humanitaria” en Gaza.
“Debemos pedir urgentemente a todas las partes que declaren un alto el fuego humanitario duradero que pueda conducir al fin de las hostilidades”, escribieron los cuatro líderes.
Varadkar insistió en que 17 de los 27 países de la UE están ahora a favor de un alto el fuego que conduciría “a un nuevo proceso de paz y a un Estado palestino, que es la única manera de garantizar la justicia y la seguridad para todos en la región”.
“Debemos pedir urgentemente a todas las partes que declaren un alto el fuego humanitario duradero que pueda conducir al fin de las hostilidades”
Escrito de los líderes de Irlanda, España, Bélgica y Malta
El líder socialista Sánchez, cuyo país ocupa actualmente la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, respaldó a su colega irlandés.
“Europa tiene que hablar… con una voz clara, fuerte, firme y unificada”, dijo.
El bloque de 27 naciones es el principal proveedor de ayuda a los palestinos del mundo. La UE tiene poca influencia sobre Israel -EEUU es su aliado más firme-, pero sigue siendo el mayor socio comercial del país.
Borrell, reiteró la necesidad de aplicar la llamada solución de dos Estados, es decir la creación de un Estado palestino que viva en paz junto a Israel, pero el actual Gobierno israelí se opone.
“Los países árabes ya han dicho que no participarán en la reconstrucción de Gaza a menos que haya un fuerte compromiso de la comunidad internacional para construir una solución de dos Estados”, dijo Borrell.
“Tenemos que centrarnos en una solución política al problema de una vez por todas”, agregó.