Los Bridgerton es la nueva serie de Netflix (estrenada a fines de diciembre de 2020) que cautiva hoy por hoy a los espectadores del gigante de streaming.
La serie drámatica estadounidense creada por Chris Van Dusen y producida por Shonda Rhimes (Grey’s Anatomy), cuenta la historia de amor que nace y se consolida entre la joven de la alta sociedad Daphne Bridgerton (interpretada por Phoebe Dynevor) y el Duque Simon Basset, personaje a cargo de Regé-Jean Page. Ella se presenta en una sociedad competitiva que busca conseguir la mejor unión marital para sus hijas. Él es codiciado y acosado por las madres “casamenteras”.
Respecto a los actores protagónicos, Dynevor es una actriz inglesa de 25 años que trabajó en producciones dramáticas como Prisoners’ Wives, Dickensian, Monroe y The Musketeers, sin embargo, hoy es mundialmente conocida por su papel en Los Bridgerton.
En el caso de Regé-Jean Page, es un artista inglés que hasta los 14 años vivió en Zimbabwe (África). Se graduó muy joven en el Drama Centre de Londres, realizó obras teatrales como The History Boy y El mercader de Venecia’ y Waterloo Road, pero su debut en televisión internacional fue en la remake de ‘Roots’ (2016), una miniserie de History Channel donde interpretó a Chicken George.
Luego de su participación en Bridgerton, la popularidad de Regé-Jean Page creció de una manera notable: pasó de tener 79 mil seguidores a 3.3 millones en Instagram, en muy poco tiempo.
Las razones de su éxito
La historia, que tiene 8 capítulos, está basada en las novelas bestseller de Julia Quinn, que llevan el mismo título.
Londres del siglo XIX, el período de Regencia (entre 1811 y 1820) es el escenario y momento histórico donde la relación entre Daphne y Simon se va tejiendo de a poco, en medio de la tensión que se genera entre el deseo, la pasión y los verdaderos anhelos de sus personajes y los mandatos sociales y costumbres de la época.
La protagonista, Daphne, es una joven que como todas las de su época y posición, aspira a casarse con un hombre con quien pueda tener hijos y vivir una vida cómoda, tal como lo esperan los de su condición social. Esto se expresa tal como sucedía al parecer en la sociedad de aquel entonces.
En ese momento, las mujeres debutantes de la alta sociedad eran presentadas en la corte y luego iban definiendo su situación matrimonial, casi como en una competencia para encontrar el mejor partido para sus vidas.
Otro aspecto a destacar es que la ficción imagina a la Inglaterra de ese momento como un lugar donde no existe el racismo y la diversidad es celebrada en todos los ámbitos. Claro que este es un atractivo del que no gozó la sociedad inglesa de aquel momento histórico.
Mujeres que buscan su libertad
A la luz del feminismo actual, es interesante ver cómo se refleja en la trama, el funcionamiento de una sociedad patriarcal, donde el rol de la mujer era exclusivamente el de perpetuar la especie humana y el modo de reproducción y funcionamiento social de una clase. La mujer era la principal encargada de “dar hijos” al varón y a la sociedad. Solo se esperaba de ella que fuera bella, bien educada y con algunas capacidades o cualidades como la saber tocar el piano, tener gustos refinados, estar a la moda, embelesar a la mayor cantidad de gente que pudiera.
Las mujeres eran díscolas con solo pretender casarse con alguien a quien quisieran o casarse por amor, uno de los grandes deseos de ellas en ese momento, dado que los hombres arreglaban los matrimonios por conveniencias sociales, económicas y políticas. No obstante, solo dos de los personajes de la serie, dos mujeres, son las que irrumpen en escena como las que se animan a romper con los esquemas de la época y poner patas para arriba a la sociedad.
Un personaje es el de Lady Whistledown, narradora de la trama y cuya identidad se devela al final de la primera temporada. Ella aparece como voz en off y es el hilo conductor del relato. Se trata de una mujer escritora, de identidad secreta que a través de un pasquín, va contando a la ciudad de Londres, todas las vivencias, amoríos y escándalos de la alta sociedad. Por supuesto, su relato más interesante es la historia de amor entre Daphne y Simón, la elegida de la Reina en aquel momento, y el soltero más deseado de la sociedad (por posición y apariencia).
El otro personaje femenino que busca libertad es el de Eloise, una de las hermanas de Dahpne, que desea hacer de su vida otra cosa, y no está dispuesta a buscar un esposo como su hermana mayor.
Hay otro personaje, Genevieve Delacroix, la modista de todas las mujeres de la alta sociedad, que al ser comerciante y tener sus propia independencia económica, es el ejemplo que Eloise tiene en mente para su futuro.
La utopía romántica
Pero quizás más allá del contexto, el atractivo natural de sus personajes, el planteo de la sociedad de un pasado que puede leerse según el espíritu de nuestra época, -reforzando búsquedas y concepciones actuales sobre el ser mujer, las libertades individuales, la búsqueda de igualdad de derechos entre los géneros (comparando momentos históricos)-, es probable que el éxito de la serie radique principalmente en la historia de amor romántico que hoy es tan utópica para los posmodernos , reforzada por la química natural que se da entre los personajes centrales.
El romance apasionado que se dilata en los sucesivos capítulos, que cuesta, que es alimentado por el deseo pero que al mismo tiempo se piensa para toda la vida; esa concepción moderna del amor romántico puede ser aquello que más lleve a los espectadores a engancharse con Los Bridgerton, que por supuesto tendrá su segunda temporada.
Novelas de Jane Austen como Orgullo y prejuicio (por la naturaleza de las relaciones entre hombre y mujer, contexto, etc), rondan en la cabeza del espectador que navega en su trama. Pero no es necesario irse tan allá para buscar historias similares, también la literatura de estas latitudes nos remite a Los Bridgerton. Sobre todos las escenas eróticas nos recuerdan a las novelas histórico-románticas de las escritoras cordobesas Florencia Bonelli, Viviana Rivero, entre otras.
La serie también tiene momentos de culebrón o melodrama, que puede espantar a los detractores del género.
Volviendo al costado que más interesante de la historia –el romance-, como analiza la socióloga y escritora Eva Illouz en El consumo de la utopía romántica, el yo romántico contemporáneo insiste en unir el amorío intenso e inolvidable (efímero y tan propio de estos tiempos), que nubla el entendimiento, con la estabilidad del amor para siempre, de ese que resiste los años y los problemas de la vida. Los Bridgerton ofrece una historia (y subtramas) con esos condimentos y en tal sentido el atractivo para muchos, es inevitable.
Ojalá la segunda temporada no sea más de lo mismo y permita seguir conquistando a los espectadores que supo conseguir y por qué no, conseguir muchos más.