“Leer me atraviesa”, dice Cruz Marguett, artista, performer y lector empedernido.
Hace unos días, Cruz emprendió un proyecto artístico tan ambicioso como sencillo en apariencia: leer durante 1001 horas.
La propuesta comenzó con una imagen poderosa: un grupo de personas leyendo en silencio frente al icónico reloj Cucú de Villa Carlos Paz.
Fue el domingo 30 de marzo. Allí se inauguró la primera acción de esta obra duracional, una performance que se desplegará a lo largo del año en distintos formatos y espacios. “Estuvimos media hora leyendo en silencio, y después se abrió un intercambio espontáneo. Hablamos sobre qué leímos, por qué leemos, si la lectura hoy tiene el mismo peso que antes, si es una actividad pacífica o no…”, cuenta Marguett.
La idea original, revela, nació como una obra sobre Borges, autor que lo fascina. Pero rápidamente creció hacia algo más amplio: una exploración sobre el acto mismo de leer, sobre su impacto en lo personal y en lo colectivo. “Mi paso por la universidad me modificó la forma de pensar. Y la lectura tuvo mucho que ver. Por eso quise llevar esta experiencia a lo público, hacer visible lo invisible, ver qué pasa cuando la lectura ocupa un espacio común”.
El reloj cucú como símbolo
Elegir el reloj cucú no fue casual: “Es un emblema de la ciudad. Me interesaba ver qué pasaba al encontrarse con personas leyendo en ese contexto. Alguien podía pasar, no entender nada, o tal vez sentirse interpelado. Es una obra abierta a la reacción del otro”.
El proyecto tiene un cronómetro en marcha: por ahora, acumula 42 minutos oficiales, y en mayo habrá una nueva juntada para seguir sumando horas. “Quiero que tenga continuidad, que se acerque gente nueva. Ya estamos pensando también en una conferencia sobre Borges, para abordar el tipo de lectura que propone su obra”.
Una invitación abierta
Cruz no concibe esta obra como una acción individual. Se apoya en clubes de lectura, talleres, amigos y contactos del ambiente artístico y académico. Y abre la propuesta a quienes quieran sumarse. “A veces alcanza con tirar una idea al mundo y ver qué vuelve. Yo busqué a quienes sé que la lectura les importa, pero también se acercó gente que no conocía, solo porque alguien les pasó el flyer”.
Además de esta obra, Cruz trabaja en producción artística y está detrás de un nuevo proyecto: un recital de poesía con estética roquera, que ya empieza a tomar forma. “Tengo muchas ganas de hacerlo. Me gustaría reunir a poetas, darles un espacio distinto, con otra energía”.