En los primeros 15 días de este 2017 sucedieron diferentes episodios violentos en la vía pública que dan cuenta de un estado general de nerviosismo, intolerancia y descontrol.
El linchamiento de un ladrón que había robado en un local de ropa en avenida Cárcano fue, en el cierre del 2016, el preludio de los hechos violentos que en días sucesivos ocurrirían en nuestra ciudad.
El episodio dantesco sucedió el domingo 8 de este mes cuando, según la Policía y varios testigos, dos familias comenzaron una bochornosa pelea en una galería céntrica que derivó en una estampida y pánico generalizado en la peatonal por una supuesta balacera en el sector de la riña. El hecho dejó algunos heridos, vajillas y vidrieras rotas, y muchísimas dudas.
En el transcurso de la primera y la segunda semana de enero se registraron varios incidentes entre automovilistas e inspectores y/o policías en los controles de alcoholemia que se realizan en diferentes sectores de la ciudad. En más de una oportunidad hubo trompadas y resistencia a la autoridad.
Una noche de la semana pasada, en tanto, fue detenido un punguista de 70 años en horario pico en pleno centro de Carlos Paz, cuando minutos antes había robado la cartera de una mujer. El hecho se contextualiza en una serie de hurtos o intentos de robos ocurridos en la zona central, incluyendo sustracciones de celulares en boliches. No todos los hechos fueron informados por la Policía.
El último sábado a la mañana se registró en un local céntrico de comidas rápidas un episodio en el que estuvo involucrado el actor Federico Bal. Testigos en el lugar aseguran que el mediático quiso colarse, lo cual desencadenó en la inexplicable reacción a golpes de puño entre turistas y sus guardias de seguridad.
Este domingo a la madrugada se conoció otro hecho que se repite periódicamente a la salida de los boliches con grupos de jóvenes alcoholizados: un auto estacionado fue destrozado aparentemente a patadas y golpes. Su propietario estaba en el interior de la disco ubicada en avenida Estrada y cuando salió encontró el vehículo violentado, sin faltantes en el interior del coche.
Sin dudas esta sucesión de hechos abren interrogantes de todo tipo en el contexto social, como así también de quienes deben impartir justicia, procurar el orden y la seguridad en la ciudad.