Por Sol Castro. Hace una semana escribía en este medio una nota sobre las diversas iniciativas sociales solidarias que surgieron en Villa Carlos Paz para hacer frente a las necesidades de alimentación y cuidados esenciales de los sectores sociales más vulnerables de la ciudad.
Mientras la escribía y tras haber dialogado con actores políticos y sociales comprometidos en ayudar al otro ante las acciones débiles, algo lentas o poco precisas de un estado al que le costó reaccionar frente a la pandemia, pensaba en la grandeza, en el gesto unívoco y esperanzador, -más allá de la bandera política o la simpatía política que cada uno pudiera tener-, de tomar la iniciativa y accionar, haciendo frente a la crisis.
Albert Camus en “La Peste”,- novela de 1947 que hoy se está leyendo más que nunca y que seguramente jamás pensó su autor el impacto que esta tendría a lo largo del tiempo, siendo una obra universal y eterna-, escribió: “Lo peor de la peste no es que mata a los cuerpos, sino que desnuda las almas y ese espectáculo suele ser horroroso”.
Eso sucede en momentos de crisis. Cuando tiembla la estructura, queda lo que se ha fijado sólidamente y lo otro se cae. Sale lo peor y lo mejor de nosotros, también. Más allá de los intereses políticos en cuestión, la intención de aquella nota era dar a conocer cómo los carlospacenses también navegan en las aguas de las convicciones y de la necesidad de superación. ¿Pacifista, optimista en exceso?, tal vez. Pero fue para mí un motivo de escritura.
No todo es puja política, si así lo fuera y si así lo dijéramos sin dar cabida a la duda o la discusión, sin tener en cuenta los casos puntuales, estaríamos monopolizando la lectura de las acciones que nacieron en Carlos Paz con el deseo de ayudar al otro. No podemos arrogarnos tal cuestión.
Durante la semana pasada, gran parte de los actores políticos que se encontraban ayudando a personas que realmente lo necesitan, entre ellos: Banco de Alimentos de Carlos Paz, Asociación civil EmpoderAr; VCP cuarentena solidaria, anunciaron en redes sociales que ya no podrían seguir colaborando del mismo modo, porque el estado municipal había amenazado con denunciar la acción de particulares, argumentando que estas ayudas violaban el decreto de Aislamiento social obligatorio decretado por el Gobierno nacional (DNU 2020-297) para frenar la pandemia de coronavirus.
Otras también mencionadas en la nota como Panza Caliente de Cristian Abratte y Gabriela Barroso de Barrio Miguel Muñoz B, Instituciones en red, Jóvenes Transformando y Fundación Vida, siguieron en su tarea inclaudicable, persistieron en sus propósitos afinando las herramientas para seguir asistiendo a la población en el marco de la legalidad o bien, por distintos motivos, pudieron articular con el estado municipal.
Luego, la oposición presentó un proyecto para articular la ayuda social con el municipio y así la rueda sigue girando hasta encontrar una solución, que aspiro, quizás sea lo más anhelado por todos los interesados en el tema en este momento tan especial ¿Será?
Inevitablemente regreso a Camus: “El modo más cómodo de conocer una ciudad es averiguar cómo se trabaja en ella, cómo se ama y cómo se muere”.
Todavía podemos escribir una historia mejor. Es nuestro desafío, el de todos.