El 20 de marzo de 2020, Argentina iniciaba una de las etapas más desafiantes de su historia reciente: el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO).
La medida dada a conocer en cadena nacional por el entonces presidente Alberto Fernández, buscaba contener el avance del SARS-CoV-2 y evitar el colapso del sistema sanitario. Inicialmente prevista por 50 días, la cuarentena se extendió con sucesivas flexibilizaciones y restricciones hasta finales del 2020, generando un impacto profundo en la sociedad y la economía del país.
Cinco años después, las secuelas de aquella etapa siguen presentes. La pandemia dejó un saldo de más de 130.000 fallecidos en el país y un número incalculable de personas que, como Sebastián Fernández Cambra, enfrentaron consecuencias físicas y emocionales como consecuencia del Covid-19.
Sebastián, propietario de una farmacia en Villa Carlos Paz, vivió en carne propia los estragos de la enfermedad, que contrajo antes de recibir la vacuna y fue internado de urgencia por una neumonía bilateral.
Permaneció cuatro meses en terapia intensiva en el Instituto Modelo de Cardiología de Córdoba, donde estuvo al borde de la muerte. “Lo que nos cuidábamos unos a otros en terapia era impresionante. No sabíamos si al día siguiente estaría el de al lado”, recordó en una reciente entrevista en A la Mañana Noticias por Canal 2 de CPTV.
De los meses de su internación, recordó que la intubación era un riesgo mortal para los pacientes en su estado, por lo que, con el apoyo de su familia y el equipo médico, se decidió un tratamiento con una máscara de ventilación no invasiva.
“Era una tortura, secaba todo por dentro, pero me salvó la vida”, afirmó. Tras su recuperación, debió afrontar un largo período de rehabilitación, aprendiendo a caminar de cero. También se convirtió en un desafío volver a realizar muchas actividades cotidianas.
Fernández Cambra también recordó cuando enfermeras y médicos del Instituto Modelo de Cardiología lo despidió con globos el día en que le dieron de alta y se fue a su casa en una silla de ruedas.
En su reflexión sobre las decisiones que tomó el Gobierno respecto al Covid-19, Sebastián consideró que fue notable la falta de preparación de las autoridades en la gestión de la pandemia. “El manejo político fue un desastre. Nos decían que el virus no iba a llegar, y terminamos con hospitales desbordados y respiradores donados que aún están retenidos en la Aduana”, afirmó.
Además, remarcó las desigualdades en el acceso a la salud: “Tuve la suerte de estar en una clínica con contacto con Europa y EE.UU., pero no todos tuvieron esa posibilidad”, destacó.
A cinco años de aquel 20 de marzo de 2020, el debate sigue abierto. ¿Fue necesario un aislamiento tan prolongado? ¿Se podrían haber evitado tantas muertes y secuelas? Lo cierto es que la pandemia dejó marcas imborrables. Muchos argentinos, como Sebastián, aprendieron a valorar cada momento de la vida y optaron por un cambio de perspectiva. “Ya no miramos televisión en casa. Bajé muchos cambios. Aprendí a vivir de otra manera. Hoy ya no me hago problemas por muchas cosas, no miro noticias, solo quiero disfrutar de mi familia”, concluyó.
Foto: Luis Tórtolo