Lejos de las noticias, de las cifras de muertos que tiñen de sangre la letra de los diarios. Lejos pero cerca, en tierras de Mayú Sumaj, desde hace años el fotógrafo Charly Soto capta instantes únicos e irrepetibles de la vida en la naturaleza. Colibríes, flores, mariposas, momentos que muchas veces dejamos pasar pero ahí están.
“Para mí, la fotografía es más que una profesión, es lo que permite conectar con la esencia misma de la vida, tanto en la naturaleza que en todas sus manifestaciones nos permite sentirnos parte de ella”, dice Charly que agrega que hace lo que hace “como un mero disfrute” que le permite tomar “tomar algunas de sus expresiones como analogías mismas de nuestras vidas, un atardecer puede ser solo eso o se puede reflexionar sobre los finales de determinadas cosas”.
Y dice: “Así el vuelo y los colores de los colibríes, o la extrema fragilidad de una mariposa, cada flor que se abre, que ha sido también fruto de un cuidado especial para que llegue a ese momento, son parte de imágenes que fluyen en Mayú Sumaj”.
“Me siento privilegiado de atravesar este momento en un lugar como este, donde puedo seguir apreciando y conectando con todo esto”, agrega.
Además, Charly agregó una frase de Julio Cortazar: “Entre las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar fotografías, actividad que debería enseñarse tempranamente a los niños pues exige disciplina, educación estética, buen ojo y dedos seguros”.
A disfrutar…