La emérita de España tomó una decisión categórica y todos han quedado anonadados.
Según informa la revista CARAS, el pasado verano ha sido uno de los más complicados para la reina Sofía, no solo por las tensiones familiares habituales, sino también por el delicado estado de salud de su hermana, la princesa Irene de Grecia, cuyo deterioro ha sido tan notable que muchos ya temen un desenlace inminente.
Este contexto personal ha llevado a la reina Sofía a tomar una decisión trascendental: comenzar a repartir en vida una parte significativa de su legado, específicamente su valiosa colección de joyas.
Sin embargo, lo que ha llamado la atención es que ni la princesa Leonor ni la infanta Sofía, sus dos nietas más cercanas al trono, recibirán ninguna joya de forma directa, lo que ha generado preguntas sobre los motivos detrás de esta decisión.
A lo largo de las últimas décadas, la emérita ha acumulado una de las colecciones de joyas más impresionantes entre las casas reales de su generación. Compuesta por piezas de gran valor histórico y emocional, que van desde alhajas familiares hasta joyas más modernas, esta colección representa una parte esencial de su legado.
No obstante, contrario a lo que muchos podrían haber esperado, la reina optó por repartir estas joyas exclusivamente entre sus tres hijos: el rey Felipe VI, la infanta Elena y la infanta Cristina.
El plan de Sofía es contundente: sus hijos serán los encargados de recibir las joyas y, si lo consideran oportuno, podrán transmitirlas a sus respectivos descendientes, incluidas la princesa Leonor y la infanta Sofía. De esta forma, se asegura que el reparto entre sus hijos sea justo, sin dejar de lado a ninguno, a pesar de las tensiones familiares que puedan haber surgido en el pasado.
Fuente y foto: Revista Caras