Raúl Ángel Gómez es titular de la cátedra de Psicología de la Drogodependencia y las Adicciones de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba.

En un posteo que publicó este sábado, le explicó a sus alumnos la situación que viven hoy los docentes de la UNC y de las universidades públicas del país.

En el escrito señala que lamenta tener que suspender la actividad que más ama hacer en su vida. Y apuntó que los docentes universitarios hoy trabajan con “sueldos miserables”.

La carta 

A mis estudiantes de la UNC:

Les escribo esto con pesar, porque la enseñanza universitaria no sólo es mi trabajo, es también lo que más amo hacer en la vida. Tener que suspenderla como medida de fuerza para ser escuchado por un gobierno que define a la educación pública como lo que más daño le ha hecho a nuestro país es realmente indignante, pero soy absolutamente consciente de que es a la vez sumamente necesario.

Los docentes universitarios trabajamos con enorme dedicación y esfuerzo, y actualmente, por salarios miserables. Para que tengan una idea aproximada de lo terrible de nuestra situación, de acuerdo con el Observatorio de Salario y Presupuesto Universitario de ADIUC, entre noviembre de 2023 y junio de 2024 el salario real de un Profesor Asistente con dedicación Semiexclusiva cayó un 26%. Es decir, en medio año hemos perdido una cuarta parte del poder adquisitivo de nuestros ingresos. 

Para que puedan dimensionar la situación: hoy un/a docente con un cargo de Profesor/a Adjunto/a simple y 10 años de antigüedad, (tu “profe de los teóricos”, como yo), cobró en junio $237.095,10 netos; mientras que un docente con un cargo de Profesor Asistente simple y 10 años de antigüedad, que tiene a su cargo las clases prácticas, cobró en junio $203.618,08.

Esta situación crítica no es nueva, el deterioro de nuestro salario ya lleva casi 10 años: el salario real docente se redujo a la mitad desde agosto de 2015. Sin embargo, el momento actual se caracteriza por la rapidísima caída en nuestro poder adquisitivo.

Ante esto, varios colegas están pensando en alternativas individuales, dejando la docencia porque ya no les alcanza para pagar las cuentas, a algunos ni siquiera les alcanza para pagar el transporte hasta la universidad. Pero la enorme mayoría sabemos que la salida es colectiva y entonces elegimos pelearla juntos con las herramientas que tenemos: paro, movilizaciones y un plan de lucha.

No hay universidad pública de calidad con docentes mal pagos. Esta no es una pelea sectorial, es una pelea por defender la calidad académica, es una pelea por defender la universidad pública.