Por Fernando Agüero. La calma que antecede al huracán, la calma chicha, ese espacio temporal de aparente tranquilidad que genera el efecto contrario cuando se extiende demasiado.
La disputa que se generó tras la llegada al poder provincial de Martín Llaryora, con el exaliado del esquema de Gobierno del peronismo cordobés, Esteban Avilés, parece haber entrado en una tregua.
A diferencia del plano nacional, en el que la estrategia del Gobierno es plantar bombas noticiosas que crecen desde las redes hacia una opinión pública que, lejos de permanecer fuera del plano, interviene a través de la misma lógica de la época.
En el Panal, se habla de una decisión del gobernador y los miembros de su equipo de bajarle el tono a la disputa que tuvo su origen en la campaña electoral previa a los comicios provinciales.
El traspaso de mando entre Juan Schiaretti y Martín Llaryora dejó algunos heridos entre los dirigentes que no pertenecen el núcleo duro del peronismo cordobés y son del esquema de fuerzas que se plegaron a Hacemos por Córdoba, luego Hacemos Unidos por Córdoba. Avilés formó parte del gobierno de Schiaretti y quedó afuera del armado del sanfrancisqueño.
De lado de Avilés, ya se ha dicho, el momento cúlmine del enojo fue el ingreso de su rival político local, Emilio Iosa, al Gobierno provincial a partir de la creación de la Autoridade Cuenca de los lagos de Córdoba.
Mirando al futuro
Los cruces entre el poder provincial y el de Carlos Paz ya no son sólo un tema de medios cordobeses y trascendieron las fronteras.
En los últimos días, en medios digitales de anclaje nacional se dieron detalles de esta disputa planteándola en el eje del turismo, como una actividad fundamental de la economía cordobesa.
En tiempos en que la era Milei parece gozar de buena salud entre el electorado cordobés, cada paso que dan los políticos con tonada de estas tierras está pensado en términos de no herir esa susceptibilidad libertaria y perder votantes en próximos comicios.
Quizás en esa misma lógica se base la tregua entre el poder provincial y el local.
El avilesismo tiene una segunda lectura en la pelea: la búsqueda del líder de Carlos Paz Unido de un posicionamiento provincial para enfrentar a quienes hasta hace poco fueron sus aliados en algún otro esquema por formar.
Con el escenario de alianzas todavía difuso, las conversaciones van hacia sectores del radicalismo y el PRO.
El 2025 tiene dos hitos electorales de relevancia: en Carlos Paz, la Defensoría del Pueblo y las elecciones de legislativas de medio término a nivel nacional. Y en ese contexto estará inmersa esta puja Provincia – Municipio