Ivanna Aguilera nació en Rosario pero hace ya muchos años vive en Córdoba. Es un sobreviviente trans, -como ella misma se define-, presidenta de Devenir Diverse, militante de los derechos del colectivo LTGB+ (Lesbianas, Transgénero, Gais, y Bisexuales) y vicepresidenta de la Convocatoria Federal Trans y Travesti Argentina.
Ella puede decir con orgullo que cuando era niña su familia la acompañó en el proceso de descubrimiento de su identidad sexual. Posteriormente, ya de adulta, también encontró el apoyo de su compañero de vida.
Sin embargo, en el año 1989 hubo un acontecimiento que la marcó. Fue la detención masiva de travestis y trans en el boliche “Somos” de la capital cordobesa, que la llevaron a entender la importancia de defender sus derechos como persona y como ciudadana.
En 1990, después de esa detención, Ivanna fundó la primera organización de diversidad llamada ACODO (Asociación contra la discriminación homosexual) para luchar por los derechos de las disidencias sexuales.
Posteriormente en el 2018, la militante trans presentó junto a distintas organizaciones afines, el Proyecto de Inclusión Laboral Trans a nivel nacional, con el propósito de que el Estado garantice fuentes laborales a la comunidad de trans y travesti del país.
Además, creó un proyecto de similares características para ser aplicado en la Universidad Nacional de Córdoba, en la Facultad de Filosofía y Humanidades y en la Facultad de Comunicación Social.
“Queremos tener el derecho a decidir de qué queremos trabajar. Si queremos ser prostitutas, lo queremos decidir nosotras. Pero para eso tenemos que lograr equidad. Mientras tanto, para nosotras la prostitución es sinónimo de muerte. Hay 37 compañeras asesinadas en lo que va del 2019, todas ejerciendo la prostitución. , manifestó Ivanna Aguilera en entrevista con Carlos Paz Vivo!, consultada por las necesidades más importantes del colectivo de trans, travestis y géneros no binarios en la actualidad.
-¿Cómo surge tu camino en la militancia por los derechos del colectivo LTGB+?
-Surge justamente de una necesidad. En 1989, nosotras y nosotros fuimos detenidos en el boliche Somos. Nos llevaron a todas las personas que habíamos ido esa noche, incluyendo a los dueños. En esa situación que fue tan violenta, tan fuera de todo entendimiento, al darnos cuenta que no teníamos nada para defendernos y que nos avasallaban, pensamos que nos teníamos que comenzar a defender nosotros y nosotras, porque nadie más lo iba a hacer. No conseguíamos abogados que nos defendieran. No sabíamos si teníamos derechos, o qué derechos teníamos. La Policía hacía un abuso espantoso, siempre lo hizo, pero es en esa detención que me cayó la ficha y supe que no era posible que no tuviésemos derechos y que la justicia no estuviera de nuestro lado. Así que luego fundé ACODO, preocupada por conquistar los derechos que no teníamos. Viajé a Buenos Aires y me contacté con la CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional), donde empecé a estudiar y a formarme en derechos humanos.
-El año pasado la comunidad trans y travesti presentó el Proyecto de Inclusión Laboral Trans ¿qué aceptación tuvo?, ¿en qué estado se encuentra la propuesta hoy?
–Lo presentamos en la Cámara de Diputados. Ese proyecto tuvo dos reuniones con los asesores de los diferentes bloques. Se conversó mucho sobre el tema. Por lo menos se trató el proyecto junto a otros que se presentaron, durante dos reuniones consecutivas, así que esperamos que este año se vuelva a tratar el proyecto en la Cámara de Diputados. Es un año complicado porque es año de elecciones, pero ese es el objetivo. Pudimos hablar con los jefes de asesores de todos los bloques de la Cámara, incluyendo al Macrismo, lo que es inédito y significativo.
-Es clave la inclusión laboral de la comunidad trans en la Universidad Nacional de Córdoba, y vos fuiste una de las mentoras del proyecto ¿Qué cambios produjo esto para ustedes?
-No soy una de las mentoras del Proyecto de inclusión laboral trans en la UNC, sino la ideóloga. Hemos logrado esto junto a los compañeros del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía Y Humanidades. Comenzamos con una cantina, y este año hemos inaugurado otro espacio más en la Facultad de Ciencias de la Comunicación. Por lo tanto, ya son dos Facultades que tienen espacios genuinos para personas trans, travestis y géneros no binarios en la Universidad Nacional de Córdoba. La verdad estamos muy contentos y contentas porque fue un proyecto muy ambicioso que conseguimos con el Centro “Estudiantes al Frente”. La verdad donde más eco tuvimos es en la Universidad. A mí me pone muy contenta porque es un lugar donde nosotros y nosotras no polulamos, por lo tanto, los pocos y pocas que están estudiando pueden hacerlo, con una entrada de dinero que sabemos es muy importante para ellos.
-Después de la aprobación de la Ley de Identidad de Género, en el 2012, avance en materia de reconocimiento de derechos de las minorías ¿por qué creés que pasaron los años y no se avanzó demasiado con más conquistas en derechos?
-Sí, la Ley de Identidad de Género es una ley importantísima que hemos conseguido pero quedamos solamente en eso. Tenemos una ley pero que no se respeta. No hay políticas públicas por parte del Estado para que esta ley pueda ponerse en plena vigencia. No tenemos políticas públicas para que las personas trans y travestis podamos acceder a una vivienda digna, para que podamos tener justicia, para que podamos ejercer el derecho que tienen todas y todos a elegir de qué queremos trabajar. Faltan políticas públicas para que la ciudadanía general empiece a tomar en cuenta que tenemos una ley que se debe respetar y que nuestra condición de trans, travestis o géneros no binarios no nos incapacita para poder ejercer cualquier trabajo. Hasta el día de hoy, las personas trans y travestis tienen como única opción ejercer la prostitución. Nos quieren hacer creer que la prostitución es trabajo y nosotras decimos que no. La prostitución no es trabajo, sino una imposición. Nosotras también podemos ser conductoras de colectivos, taxistas, vendedoras, azafatas, maestras, lo que fuera.