Vecinos de calle Lima al 60 ya no encuentran formas de reclamar para que se controle el vertimiento de fluidos cloacales a la vía pública por parte del un complejo habitacional ubicado en las inmediaciones. Tampoco hallan la manera de poder convivir con el olor putrefacto y el mal aspecto que genera dicha situación, y anticipándose al empeoramiento que comienza a registrarse con el aumento de la temperatura, decidieron colocar carteles para ver si aunque por vergüenza, finalmente consiguen una solución.
“¡Guak, qué olor! Y eso que usted apenas circula por aquí. Los vecinos lo soportamos todo el tiempo”; “Hagan las cloacas”, y hasta una irónica “Agua pura de manantial”, son algunas de las frases manuscritas que posan sobre los postes instalados al pie del cordón por donde corren los líquidos contaminados.
El problema ya lleva varios años, y pese a los reclamos que los moradores del sector manifiestan haber realizado, aún no consiguen encontrar soluciones. Uno de los motivos, son los irrisorios valores de las actas de constatación que realiza la Municipalidad, los cuales no llegan ni al 50 por ciento de lo que cobra un camión atmosférico para evacuar las sangrías o pozos ciegos.
Lo preocupante es que habida cuenta del escaso tiempo que resta para la llegada de la temporada, no solo las altas temperaturas producen un mayor estado de putrefacción, sino que además la cantidad de residuo cloacal se incrementa, porque algunas unidades del complejo son alquiladas por temporada, según indicaron.
Al parecer esto también genera consecuencias mayores, ya que a través de uno de los escritos un vecino denuncia que no puede vender su casa por el olor y mal aspecto que presenta el sector.
Asqueroso e insoportable son algunos de los calificativos utilizados por los damnificados para describir esta situación, que en definitiva no es más que un foco infeccioso e insalubre en medio del caserío.