Girl (2018) es una película del joven realizador belga Lukas Dhont que permite sumergirnos en la vida de Lara, una muchacha transgénero de 15 años que mientras define su identidad sexual y aguarda una operación de reasignación de género, se esfuerza por convertirse en una destacada bailarina clásica.
Un gran desafío para el personaje interpretado con maestría por el bailarín y actor belga Victor Polster, quien cosechó importantes premios y críticas positivas a nivel internacional por su trabajo.
El actor brilló en el Festival de Cannes. Obtuvo un premio especial por su interpretación en la sección Caméra d’Or donde Lucas Dhont ganó como Director por el mismo filme y fue galardonado con el premio a la Mejor actuación en la categoría Un Certain Regard del Festival. Además obtuvo el reconocimiento a Mejor actor de los Premios Magritte, entre otros.
El talento de Lara como bailarina, quien vive junto a un padre muy dedicado y comprensivo encarnado por Arieh Worthalter -convincente y conmovedor en su papel- y su pequeño hermano (Oliver Bodart), es innegable. No obstante debe esforzarse para continuar en la selecta escuela de danza donde practica todos los días para poder continuar en carrera. Allí comparte las clases con sus compañeras en su mayoría mujeres, a quienes pareciera les cuesta bastante menos estar en puntillas de pie por su arduo trabajo de años (bailan desde muy pequeñas) y sus dedos más cortos. Este último es un dato que queda resonando en la cabeza del espectador cuando la profesora de baile de Lara hace referencia a sus dedos largos lastimados, luego de una intensa práctica de baile.
El cuerpo de Lara, su condición de mujer trans y la transformación de sí misma de hombre a mujer desde su apariencia, es el eje central del relato cinematográfico que explora la forma en que la joven busca reforzar su identidad a través de un cuerpo que demora en responder al tratamiento de hormonas iniciado. Un cuerpo que devuelve ante el espejo una imagen perturbadora que no la deja estar en paz.
El filme, ópera prima de Dhont, nos remite de algún modo a Cisne Negro de Darren Aronofsky protagonizado por Natalie Portman, por abordar el mundo de la danza clásica y por la obsesión de su protagonista respecto a su cuerpo y a su profesión, aunque mostrada mediante diferentes recursos por los realizadores.
Sin embargo, el tema central de esta película tiene que ver con la búsqueda desesperada de la identidad sexual de la adolescente enfocada en encontrarse a sí misma en un ámbito exigente y hostil, a pesar del clima de aparente aceptación social de esa diferencia que la separa del resto.
En Girl, historia inspirada en la vida de Nora Monsecour, bailarina profesional y mujer trans de Bélgica escrita por Dhont y Angelo Tijssens, el director elige centrar su atención en Lara, los espejos y el constante control que ella hace a través de éstos, mientras baila o cuando se halla en la soledad de su cuarto.
La cámara capta su estricta vigilancia durante el proceso hacia la anhelada transformación femenina. La sensación es por momentos de asfixia, de claustrofobia al sentirse en un cuerpo que no corresponde a su esencia. Sin dudas uno de los aciertos narrativos y estéticos del filme.
Girl, que puede verse actualmente en la plataforma de streaming Netflix, fue nominada también a los Globos de oro y obtuvo una nominación en los Premios Goya y en los Premios César, como la Mejor película europea.
Una obra que habla sobre la adolescencia y la vulnerabilidad de esta etapa humana, a lo que se le suma el conflicto de género, la reafirmación de la identidad y los vínculos familiares como contención amorosa y fuerza vital.