En medio de la devastación del incendio en la zona de El Durazno, una imagen se ha convertido en símbolo del incansable trabajo y amor por la vida de los bomberos voluntarios. La foto muestra a José Luis Altamirano, conocido en las redes como “El Clavo de Hierro”, sosteniendo un conejo en sus brazos, rodeado de llamas en plena noche. Pero la historia detrás de esta imagen revela mucho más sobre el compromiso y la dedicación de quienes luchan contra el fuego para proteger no solo a las personas, sino a todas las formas de vida.

José Luis Altamirano es un bombero voluntario con casi 25 años de servicio, rescatista y un baqueano experimentado que reside en San Javier. Conocido por su predisposición a ayudar en cualquier emergencia, su conocimiento del terreno es invaluable, especialmente en situaciones críticas como la que se vive actualmente en las sierras de Córdoba.

La foto fue tomada en un momento de extrema tensión, cuando José Luis y su equipo llegaron al patio de una casa en medio de la noche. Los corrales estaban llenos de animales de granja, incluyendo gansos y conejos, atrapados y asustados mientras el fuego amenazaba con consumirlo todo. Con su equipo, José Luis logró contener las llamas alrededor de la propiedad, apagar los tanques que ardían, y darles agua a los animales, llevándolos a un lugar seguro.

En las primeras horas de este miércoles, mientras se dirigía nuevamente a la montaña para continuar con la lucha contra el fuego, José Luis compartió la historia detrás de la imagen: “Este es el tercer día que estamos acá en la zona del Durazno. Anoche, estuvimos viendo propiedades, entrando a los campos y nos encontramos con este gallinero con un montón de animales que estaban encerrados, obviamente. Lo que pudimos hacer fue tratar de apagar todo el fuego que había por los costados, apagar los tanques que estaban prendidos fuego y darles agua a los animales, llevarlos a un lugar más seguro.”

Y siguió “Estaban todos bien, pero muy asustados, por suerte no pasó a mayores, pero pudimos contener el fuego ahí en ese sector donde estaban todos los animales.” reflexiona José Luis, luchador incansable que siempre está presente en cada emergencia.

Esta historia no solo resalta la valentía y el sacrificio de cada bombero voluntrario, sino también el profundo amor por la vida que los impulsa a seguir adelante, incluso cuando las llamas parecen incontrolables. La imagen de José Luis con el conejo en brazos es un recordatorio poderoso de la humanidad en medio del desastre, una prueba de que, incluso en los momentos más oscuros, la vida sigue siendo lo más preciado.