El combinado nacional se quitó la espina de la primera fecha y avanzó de ronda con un contundente 2 a 0 ante Polonia. Apenas finalizó el encuentro, las calles del centro se tiñeron de celeste y blanco para festejar el pase a octavos de final.
A minutos de finalizado el partido decisivo, el centro de la villa se fue llenando de gente que se acercaba a festejar en familia el triunfo argentino.