Más de 30 estudiantes del I.P.E.T. 253 “Juan Domingo Perón” de Cruz del Eje lograron convertir una moto en desuso en un vehículo eléctrico, dando vida a un innovador proyecto educativo que se extiende ya por tres generaciones de estudiantes.
La idea surgió cuando el profesor Jonathan Romero, quien enseña en la institución desde hace seis años, encontró una moto Yuki de 50 centímetros cúbicos en el depósito de la escuela.
“Con los estudiantes tratamos de ver qué funcionalidad le podríamos dar. En ese momento se me ocurrió la idea de transformarla en una moto eléctrica. La primera reacción de ellos fue de sorpresa, ya que era algo ambicioso para el momento”, comentó Romero, quien lidera el proyecto junto al profesor de enseñanzas prácticas, Federico Molina.
En 2022, tras la pausa impuesta por la pandemia, lograron poner en funcionamiento la moto. Con el nombre de “Electro-N” elegido por los alumnos, el vehículo cuenta con cinco baterías de gel de 12 voltios y 7 amperes cada una, las cuales permiten un recorrido de entre 40 y 50 kilómetros a una velocidad promedio de 40-50 km/h.
“Las baterías se recargan en aproximadamente una hora y media con un cargador convencional, pero estamos buscando avanzar aún más en eficiencia, incorporando baterías de litio y paneles solares en el techo de la moto para que pueda funcionar con energía renovable”, agrega Romero.
Proyecciones a futuro: motos solares y vehículos a hidrógeno
La iniciativa, nacida en 2019 en el taller de Operación y Mantenimiento de Equipos Electromecánicos, tiene un nuevo objetivo: transformar el vehículo para que funcione con energía solar, logrando así la autosuficiencia energética y reduciendo su impacto ambiental.
Los estudiantes y docentes están proyectando mejoras para el próximo año, incluyendo la instalación de paneles solares que recarguen las baterías mientras la moto está en movimiento, un sistema que permitiría “gasto cero” en términos de consumo eléctrico.
Además, el equipo trabaja en la posibilidad de desarrollar un nuevo prototipo que funcione con hidrógeno, utilizando electrólisis para producir el combustible y generando cero emisiones al ambiente.
“Este proyecto nos enorgullece, ya que ha pasado por las manos de casi 70 alumnos a lo largo de estos años. Queremos seguir profundizando en el uso de energías renovables para que los estudiantes no solo reciban una educación técnica, sino también una formación en sustentabilidad y conciencia ambiental”, destacó el profesor Romero.
La Electro-N, que además no emite gases contaminantes ni contaminación sonora, es un símbolo de los esfuerzos de la comunidad educativa por avanzar en innovación y sostenibilidad.