Una familia de Estancia Vieja vive una pesadilla con el desalojo impuesto por la Justicia luego de ser víctimas de una estafa con la compra del terreno en el que edificaron su casa.
Hace 6 años, Laura y su esposo Carlos Bustos adquirieron un lote en posesión a través de un contrato de cesión de derechos.
Todo marchaba bien hasta que luego de dos años de vivir en el lugar en la casa de sus sueños apareció una mujer que se presentó como la “verdadera dueña del terreno”. Luego, les hizo un juicio con el objetivo de recuperarlo. A fines de 2021, la Justicia falló a favor de la propietaria y a la familia le llegó la orden judicial de desalojo.
Desde ese momento Laura y Carlos luchan por conservar su casa y aseguran que fueron estafados por diferentes personas. Hoy se encuentran al borde de perderlo todo.
La historia de la estafa
Los damnificados contaron que compraron la posesión a un vendedor de la zona. “Después, a los dos años de estar viviendo en nuestra casa, apareció la dueña del terreno, que nos mostraba la escritura. La desesperación fue enorme”, contó Laura Bustos en diálogo con Carlos Paz Vivo!
La pareja fue a ver al vendedor del terreno inmediatamente y le comentaron la situación. Según la mujer, su respuesta fue clara: “Nos dijo que todo lo que fuera llegando lo tuviéramos ahí, sin hacer nada, que lo guardáramos, me refiero a la documentación. Que cualquiera podía decir era dueño de ese terreno, pero que él había tenido la posesión por más de 20 años”.
Una segunda desilusión
Al principio la familia le hizo caso al vendedor, pero no cesaban de llegar citaciones y documentos de la Justicia, que reclamaban su terreno en nombre de una mujer. “Decidimos contratar los servicios de un abogado porque todo se tornaba difícil, no sabíamos que hacer”, expresó Laura.
Contó, además, que le recomendaron a otro abogado al que contrató y “que es quien hoy está involucrado en estafas de terrenos en la zona. Nos sacó todo lo poco que teníamos: plata, y no presentó nada en tiempo y forma y al tiempo, nos enteramos que no tenía matrícula, en una palabra nos estafó”.
De acuerdo al relato de la mujer, al no presentarse las pruebas que la familia tenía en relación a la propiedad del terreno donde se encuentra su vivienda y habitan actualmente, perdieron el juicio.
“El año pasado nos salió la sentencia de desalojo del terreno. Cuando nos enteramos de quién era Luciano Achával buscamos enseguida otra abogada. Ella pidió por sus servicios su buena suma de dinero, pero lo que presentó no alcanzó para defendernos ni para cambiar nuestra situación”, manifestó Laura.
El intento de arreglar con la dueña
Asimismo, la familia intentó llegar a un acuerdo con la dueña del terreno para que no los desalojen.
“La anterior propietaria nos pidió una locura. El valor de dos terrenos, que paguemos los honorarios de su abogada. Es decir, imposible para nosotros que somos gente trabajadora de clase media, muy difícil acceder”, contó la mujer.
Más obstáculos
En relación al accionar de su abogada contratada para intentar recuperar el terreno, la mujer aseguró: “Pidió más dinero al margen que teníamos con ella un arreglo y le veníamos apagando sus honorarios. No pudimos pagarle lo que solicitaba, nosotros queríamos respetar el contrato hecho con ella porque no llegábamos a pagar lo nuevo que estipulaba, en dólares, por lo cual ella renunció a la causa”.
Posterior a esto, Laura y Carlos buscaron los servicios de un nuevo abogado, quien les realizó un resumen de cómo venía la situación hasta ahora. “Pagamos solo 100 mil pesos por ese resumen y no colaboró en cambiar nuestro problema actual. Nos dijo que sólo nos queda esperar la orden de desalojo, que no podemos hacer más nada al respecto”, se lamentó la mujer.
Desesperación
“Ya no sabemos a quién más acudir, las personas que conocemos y a quienes contratamos con defraudan en uno u otro sentido. Estamos al borde del desalojo. Somos una familia trabajadora compuesta por dos adultos y dos niñas, nuestras hijas menores, con una nieta”, sostuvo Laura.
Y reclamó: “Nos estafaron por todos lados, nadie nos ayuda o defiende como debe ser. No sé a quién acudir, siento que hemos sido una de las tantas familias estafadas en los últimos años. Nosotros no estafamos a nadie, compramos la posesión de un terreno de buena fe, donde construimos nuestra casa”.
“La idea no es victimizarse, sino que se haga justicia. Si fallamos en algo fue solo por ignorancia y creo que se han aprovechado de eso. Necesitamos que nos escuchen antes que sea demasiado tarde”, señaló la mujer.