El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par chino, Xi Jinping, hablaron este lunes por teléfono del “continuo desafío” de Corea del Norte y de seguir aumentando la presión sobre el país asiático, cuyas pruebas nucleares y de misiles serán uno de los temas principales de la Asamblea General de la ONU.
Trump, quien se encuentra en Nueva York y mañana dará su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU desde que llegó al cargo, en enero pasado, mantuvo con Xi su segunda conversación telefónica sobre Corea del Norte en un mes, a fin de volver a discutir la situación, informó la Casa Blanca en un comunicado.
Ambos líderes abordaron el “continuo desafío” de Corea del Norte a la comunidad internacional con sus ensayos nucleares y pruebas de misiles, así como los esfuerzos de Pyongyang para “desestabilizar” el noreste asiático.
Trump y Xi se comprometieron a “ampliar la presión sobre Corea del Norte a través de un rotundo cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, indicó el texto de la Casa Blanca, citado por la agencia de noticias EFE.
El conflicto con Corea del Norte estará en el centro de las numerosas reuniones paralelas que se celebran al margen de la Asamblea General, a la que sí asiste Trump por primera vez, pero no Xi.
Hoy, a su llegada a Naciones Unidas, Trump dijo a los periodistas que espera una “gran semana” y señaló que habrá que esperar para ver qué ocurre en relación con la crisis norcoreana, ante la cual el mandatario estadounidense no ha descartado hacer uso de la “opción militar”. El presidente chino, por su parte, será representado en la Asamblea General por el canciller Wang Yi. Hace una semana, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad nuevas sanciones económicas contra Pyongyang por su ensayo nuclear del 3 de septiembre pasado, que según Pyongyang consistió en la detonación de una bomba de hidrógeno y que fue el más potente de los seis que realizó desde 2006.
Sin embargo, tres días después, Corea del Norte probó otra misil balístico, en este caso uno de mediano alcance, y su líder, Kim Jong-un dijo este fin de semana que su meta es alcanzar un “equilibrio de fuerzas real” con Estados Unidos.
Las sanciones, que fueron impulsadas por Washington, llegaron un mes después de que el Consejo de Seguridad de la ONU decidiera extender una veda a las exportaciones norcoreanas de carbón, plomo y mariscos en respuesta al lanzamiento de un misil balístico intercontinental que podría llegar a Estados Unidos.
Trump ha dicho que prefiere resolver la cuestión norcoreana a través del diálogo, pero no ha descartado una respuesta militar y hasta llegó a amenazar con descargar “fuego y furia” sobre Corea del Norte antes de suavizar su postura, al parecer a instancias de China.