El Día Mundial del Turismo, que se celebra hoy, es la oportunidad para reflexionar sobre su importancia económica, su impacto sociocultural, y los desafíos que enfrenta una industria que representa “el 10 % del PBI mundial y genera uno de cada 11 empleos” en todo el planeta, tal como destacó el director ejecutivo de la Organización Mundial del Turismo, Carlos Vogeler, en una entrevista con Télam.
Desde 1980, y según los estatutos de la OMT, todos los 27 de septiembre se celebra el Día Mundial del Turismo, que este año, bajo el lema: “El turismo sostenible como instrumento de desarrollo”, tendrá sus celebraciones oficiales en Qatar.
A pesar de que el primer semestre de este año, considerado el mejor desde 2010, hubo un crecimiento interanual del 6%, con un total de 598 millones de turistas internacionales en el mundo, diversos factores como los actos terroristas y el malestar, que en algunos casos llegó hasta actos hostiles contra los turistas, en diversas ciudades del mundo por parte de los residentes locales, presentan desafíos en un mundo cada vez más inseguro.
El papel de la OMT, como organismo de las Naciones Unidas que busca ayudar a los estados miembros a que establezcan el mejor ordenamiento posible de la actividad turística combinando la sostenibilidad con el crecimiento, “no es el de un órgano regulador”, advirtiò Vogeler en la entrevista.
Con una apretada agenda en el país, donde participó ayer de la presentación de los resultados del Estudio sobre Rendimiento del Turismo Urbano en Buenos Aires, hoy en la la conferencia internacional de gastronomía en Ushuaia, y luego se trasladará a Mendoza para la II Conferencia Mundial de Turismo Enológico, Vogeler se refirió a los diversos temas que preocupan al sector.
Sostuvo, en referencia al tema de la sobrecarga turística en varias ciudades, sobre todo del continente europeo, como Barcelona, Venecia, Dubrovnic, Berlín y tantas otras, que a solución está en la “gestión”.
“La clave, bajo mi punto de vista, es una gestión adecuada de capacidades de carga, y eso en definitiva es lo que cualquier destino turístico tiene que gestionar, ya sea un destino de carácter urbano o de carácter natural, que tiene que proteger sus recursos naturales. Tenemos que tener la habilidad de gestionar adecuada y eficientemente nuestra capacidad de carga”, remarcó.
Para el especialista, el mundo está evolucionando hacia la gestión de destinos por parte de organismo público-privados “que es donde confluyen los intereses de ambos sectores. Al igual que en un parque natural en un momento determinado, el destino tiene que tener un límite -insistió- porque mas allá de eso estamos infringiendo un daño al activo, al recurso turístico que es el factor fundamental de atracción de los visitantes”.