Ser primo del Papa no es un detalle menor. Así lo cuenta Jorge Bergoglio, cordobés, escritor y familiar del Sumo Pontífice, en una charla cargada de recuerdos personales, emoción y un fuerte sentido de pertenencia. La elección de su primo como líder de la Iglesia Católica marcó un antes y un después en su vida y la de su familia: “Desde que eligieron a Francisco, sentimos una enorme responsabilidad. No podíamos meter más la pata, si es que alguna vez la habíamos metido”, dice entre risas ante las cámaras de Telefé.

En 2014, Jorge viajó con sus tres hijos al Vaticano y vivieron una experiencia que nunca olvidarán. “Nos hizo una recepción oficial en el mismo lugar donde recibía a jefes de Estado. Fue una conmoción. Todo el mundo quería sacarse fotos con ‘el primo del Papa’”, recuerda. Hasta los desayunos se convertían en momentos inolvidables: “Venían los cocineros, las monjas… todos querían saludar. Era increíble”.

Una anécdota fuera del protocolo, pero profundamente simbólica, ocurrió en un restaurante italiano: “Estábamos cenando en un restaurante hermoso, en una iglesia del año 1000 convertida en campanario. Cuando mi hijo fue a pagar con su tarjeta, el dueño leyó el apellido: ‘¿Bergoglio? ¿Qué son del Papa?’”, cuenta.

Al confirmar el parentesco, el hombre salió a los gritos: “¡Vengan todos, está el primo del Papa!” Invitó a toda la mesa y se armó una pequeña revolución. “Y lo más increíble –dice Jorge emocionado– fue que al despedirnos, el dueño me tomó del brazo y me dijo: ‘Yo soy musulmán’. Esa fue la muestra más clara del alcance universal que tiene Francisco”.

Una decisión que cambió la historia

En su libro sobre la inmigración italiana en Argentina, Jorge Bergoglio cuenta una historia familiar que pudo cambiar el destino del Papa. En 1923, el abuelo de Francisco estaba por emigrar desde Italia a la Argentina. Su hermano, que ya estaba radicado en Paraná con una empresa constructora, le recomendó vender todo y cruzar el océano. El pasaje estaba comprado para el barco Princesa Mafalda, pero a último momento decidió postergar el viaje y embarcarse un mes después en otro buque: el Julio César.

“El Princesa Mafalda se hundió frente a las costas de Brasil. Murieron más de 500 personas. Si mi abuelo hubiera viajado en ese barco, quizás se habría ahogado… y Francisco no hubiera nacido”, relata Jorge. “Me lo contó él mismo, por mail, cuando todavía no era cardenal.”

Un Papa para la historia

Jorge no duda cuando se le pregunta por el legado de su primo: “Francisco va a pasar a la historia como la persona más importante de Argentina. No quiero comparar con Messi o Maradona, porque eso no tiene sentido. Francisco cambió la Iglesia. La puso patas para arriba”.

Sobre el impacto de su papado, destaca: “Llevó el Evangelio a la tierra. Decía que quería sacerdotes con olor a oveja, que salgan del escritorio y se acerquen al pueblo. Es uno de los líderes más trascendentes de la historia de la Iglesia. Y su obra recién empieza”.