“Era callejero por derecho propio”, dice la canción de Joan Manuel Serrat que habla de los perritos en situación de calle. Muchos de estos, sin posibilidad de ser insertados en los caniles municipales o acostumbrados a la vida en algunos sectores públicos de la ciudad, terminan haciéndose las “mascotas” de un barrio, de una cuadra o de un grupo de negocios.
Ante el cierre de muchos comercios por el Aislamiento social preventivo y obligatorio, por la pandemia de Covid-19, muchos de esos perros se quedaron sin su ración diaria de comida o de agua. En algunos casos, muchos de ellos les preparaban los restaurantes o los dueños de negocios les llevaban. Hoy eso no está.
Teniendo en cuenta la situación, el municipio se hizo cargo de la situación y los profesionales de veterinaria y zoonosis recorren la ciudad, asistiendo a los perros comumitarios. Se les coloca comida en tachos azules, para que los perros pueden identificarlos.
Si ves un tacho azul en la calle, aunque esté vacío: no te lo lleves, no lo tires. Es para los perritos.