Florencia Mansilla, hija de Laura Gandarella, denunció que hace un mes y medio el PAMI incumple con la entrega de los medicamentos oncológicos que su madre necesita para continuar con su tratamiento contra un linfoma de no-Hodgkin, que está afectando su salud física y mental.
La situación es crítica: la paciente no recibe su medicación a pesar de contar con una sentencia judicial que obliga a PAMI a garantizar el suministro. De hecho, el año pasado el fallo salió a favor de Laura Gandella, pero la obra social del Estado se tomó ocho meses para cumplirla. Y cuando lo hizo, igual la paciente tuvo que ser internada en terapia intensiva por la degradación física que le había causado la interrupción del tratamiento.
Pero este año, la falta de medicación la afectó más rápidamente. “Debido a la no entrega de los medicamentos, ha abandonado el tratamiento hace ya más de un mes, con las consecuencias que eso le trae a su físico, a su cuerpo y por supuesto también a su mente”, advirtió Florencia en un llamado desesperado para que PAMI obedezca al fallo vigente.
El drama no es nuevo. La familia de Gandarella tuvo que batallar durante ocho meses para que PAMI cumpliera con una primera entrega en 2024. “Lo conseguimos gracias a los medios, porque fue así”, reconoció la hija de la paciente. Sin embargo, el problema persiste, y la segunda entrega de la medicación, que debería haber llegado en tiempo y forma, nunca se concretó.
Una burocracia que pone vidas en riesgo
El medicamento que necesita Laura Gandarella es Sanabrutic 80 mg o Bruquinza, un fármaco extremadamente costoso –su precio oscila entre 14 y 20 millones de pesos por caja– que se compra en el exterior a través del laboratorio Meta. La paciente debe tomar una caja por mes, con un mínimo de seis meses de tratamiento continuo.
Pese a que la Justicia dictó una cautelar para que la entrega se hiciera en ciclos de seis meses, PAMI decidió arbitrariamente reducir el plazo a tres meses, lo que obliga a la familia a enfrentar trámites burocráticos constantes para renovar la solicitud. “Cada dos meses aproximadamente tenemos que enfrentar toda la burocracia para que lo entreguen”, explicó Florencia.
A pesar de haber presentado toda la documentación requerida, la última entrega no se concretó. “Fui miles de veces a PAMI, me atendió la jefa de la delegación y chateaba con el representante legal de PAMI de Córdoba, pero me dejó de responder los WhatsApp porque no tienen respuesta”, denunció la mujer.
El argumento de la obra social es que el medicamento está en compulsa, es decir, en un proceso de licitación para determinar qué laboratorio ofrece el mejor precio. Pero mientras PAMI demora la compra, la salud de Gandarella se deteriora rápidamente. “Mi madre tuvo control la semana pasada y ya se habían alterado todos los valores, se agrandó el bazo, le está afectando los huesos, estamos volviendo para atrás y realmente es desesperante”, describió Florencia.
“Nos están dejando morir”
La familia ya obtuvo un fallo favorable en la Justicia, pero ni siquiera la sentencia parece suficiente. “Nosotros hicimos un recurso de amparo, después de ese recurso se dictó una cautelar. El juez en ese momento, en mayo, había dado 48 horas para que entreguen la medicación. Tardaron 8 meses en hacerlo. PAMI apeló y perdió, no hay excusas. PAMI tiene que entregar la medicación”, insistió Florencia.
Mientras se demora la compra del medicamento, la enfermedad avanza sin freno. “Mi madre lo sufre, su cuerpo lo sufre, la familia lo sufre. Es terrible lo que está pasando en el país. Nos contacta mucha gente que está en la misma situación que mi mamá”, lamentó la joven carlospacense, que junto a sus hermanos enfrentan la imposibilidad de costear el tratamiento cuyo valor es similar al monto de venta de un automóvil por mes.
El caso de Gandarella no es aislado. En Córdoba, otros pacientes han vivido situaciones similares, como el de una jubilada que logró recibir su medicación recién después de que el caso se hiciera público.
La familia de Gandarella espera que su reclamo también llegue a las autoridades y que el medicamento llegue pronto para frenar el deterioro en la salud de la mujer antes de que sufra consecuencias que sean irreversibles.