Era el 18 de marzo del 2020 y José Gritti (34 años) estaba en medio del mar, en algún punto entre las Islas Canarias y el continente europeo. Ese mismo día a la mañana en el mundo ya estaba declarada la pandemia, se cerraban las fronteras, pero él no tenía idea.
“La noche que me agarra el viento fuerte bajé las velas porque venía hacía tiempo sin dormir y quería descansar. Me acosté y prendí la radio Am del barco para enterarme sobre todo del viento y del pronóstico, pero hablaban solamente del virus. Yo sabía que existía, que estaba creciendo, pero no al punto de que se estaban cerrando las fronteras”, contó José en conversación con Infobae, marino oriundo de San Nicolás que desde el 2015 está dando vueltas por el mundo absolutamente solo a bordo del Perla Negra, un velero modelo Romanee 33 de 10,20 metros de eslora.
“No sabía si quedarme en el mar o ir a tierra, donde se veía que la situación estaba fuerte”, dijo. Venía navegando de Porto Santo, una isla en el océano Atlántico, y la tormenta lo agarró en el estrecho de Gibraltar. Buscó alternativas y el puerto más cercano era Cádiz. Hacia ahí se dirigió.
“Llegué a Cádiz por la tarde y ya estaban cerrados todos los puertos. Me dijeron: te podés amarrar pero no te vamos a ingresar al puerto. Al principio no me dejaron bajar pero después con el correr de los días ya me permitieron ir a hacer compras. Está todo muy desierto igual, así que bajar o estar en el barco es todo lo mismo”, recordó José.
Vida en el barco
El marino detalló su vida en el barco: “Hay una rutina muy fuerte a bordo. Me levanto a las siete de la mañana por lo general, tomo mate hasta las nueve. Escucho algo de música o leo. Después hay una lista de tareas que tengo que hacer: mantenimientos del barco, arreglos, mejoras. Pasa bastante rápido el día. Sumo alguna creación, algo de dibujo, y ya. Al atardecer cocino y escucho un poco más de música”.
Luego comentó que hay más gente viviendo en los barcos. “Había unos holandeses que se fueron esta semana con quienes mínimamente hablaba. Gente de pocas palabras. De hecho, cinco palabras por día…”
Por último, José aseguró que la idea es seguir navegando cuando se levanten las fronteras y que no tiene pensar regresar a la Argentina por el momento.
Fuente: Infobae.