La curva de calle Boudelaire no pasa inadvertida para nadie que circule camino a Colinas o a La Quinta Cuarta Sección. Con idiosincrasia propia, los vecinos trasladaron su amor por el club y la pasión por los colores de Talleres de Córdoba, al sector donde viven.
Y así fue que aunaron esfuerzos y transformaron un espacio verde que estaba abandonado, en una plaza para los niños y un lugar para compartir. Además, y como dicen ellos, le pusieron su impronta e identificación, ya que el azul y blanco del equipo cordobés, resalta por todos los rincones en la “Curva de la T”.
Una piedra enorme que se encuentra en el sitio tiene pintado el escudo de la institución desde el 2002, y hace poco le hicieron unos retoques para que se refleje una tribuna del club de sus amores. Es tal la pasión de las familias del lugar, que sus hijos llevan los nombres de Azul y Bianca, a modo de homenaje y sus vestimentas habituales, siempre llevan alguna identificación de los colores de su corazón.
En el medio de esta pandemia y cuando se flexibilizaron actividades y salidas, los vecinos pusieron manos a la obra, y el 5 de julio decidieron arrancar a limpiar el lugar y transformarlo en la plaza que es hoy.
Carlos Manassero, uno de los vecinos, contó que fue una iniciativa “entre todas las familias, para que la disfruten los chcios”. “Era un lugar que estaba muerto, lleno de basura, así que decidimos hacer algo. Con pico y pala, sacando yuyos comenzamos a limpiar el espacio verde”, dijo.
“Todos los vecinos fueron donando algo, los juegos para armar la plaza, la pintura, entre otras cosas; pero lo primero que pusimos es el mástil con la bandera Argentina. Esto lo arrancamos porque desde que mi viejo era chico proponían los gobiernos que iban a hacer algo y lo arrancamos nosotros y pusimos manos a la obra y le dimos vida”, explicó.
Carlos destacó que en la Curva de la T los vecinos son todos de la “T”. “Somos todos de Talleres, por eso pintamos con esos colores, ellos nos mandan, y todo lo que hicimos es para los chicos del barrio, que ahora están siempre jugando. Antes teníamos que caminar varias cuadras para ir una plaza, ahora la tenemos cerca”.
Fotos: Luis Tórtolo.