El presidente estadounidense, Donald Trump, se mostró “indignado y asqueado” por las matanzas de este fin de semana en Texas y Ohio, y aseguró que los condenados por crímenes de odio deberían sufrir ejecuciones “rápidas”.

En una declaración pública que hizo en la Casa Blanca, el mandatario urgió además al país a condenar con “una sola voz el racismo, el fanatismo y el supremacismo blanco”, en referencia al ataque en El Paso, Texas, antes del cual el presunto autor publicó un manifiesto contra los inmigrantes y los hispanos.

“Los que aprietan el gatillo son el odio y la enfermedad mental”, abundó el líder republicano en su declaración, recogida por las agencias de noticias EFE y Ansa.

“El odio no debe tener lugar en Estados Unidos”, reiteró, y añadió que ordenó al departamento de Justicia que ponga a punto una legislación que prevea la pena de muerte para los crímenes de odio y las masacres masivas.

Ataques

El primero de los tiroteos tuvo lugar el sábado 3, cuando un joven de 21 años identificado como Patrick Crusius abrió fuego de forma indiscriminada en un centro comercial de El Paso y asesinó a 20 personas. Las autoridades sospechan que actuó por motivos raciales y tratan el caso como terrorismo.

Unas 13 horas después, otro joven armado, Connor Betts, de 24 años, mató a nueve personas en el centro de Dayton, en Ohio, antes de ser abatido por las fuerzas de seguridad. La Policía declinó especular ante los medios sobre los motivos de Betts, aunque reconoció que tenía un pasado conflictivo y había amenazado a compañeros de instituto.