El pedido del fiscal federal Carlos Stornelli para desaforar y detener a Julio De Vido, sumado al clima electoral, generaron en el Cámara de Diputados un sinfín de maniobras, especulaciones y acusaciones, que concluyeron en la reunión de la comisión de Asuntos Institucionales, presidida por Pablo Tonelli (PRO). Los 34 miembros del cuerpo legislativo discutirán los cuatro proyectos -tres de Cambiemos- para excluir al ex ministro de Planificación durante el kirchnerismo de la Cámara baja por “inhabilidad moral”, de acuerdo con el artículo 66 de la Constitución Nacional.
Si bien son cuatro las normas que se impulsan, en Cambiemos se centrarán en la presentada por Elisa Carrió, que irá a la reunión aunque no es miembro de la comisión. Julio De Vido también fue invitado, pero se descarta que esté presente.
De conseguir el dictamen de mayoría, el debate pasará al recinto, en donde el oficialismo deberá contar con dos tercios de los presentes para que finalmente De Vido no sea más miembro del cuerpo. Pero, ¿tiene el Gobierno las 18 firmas para asegurarse la sesión?
A priori son 14 los diputados de Cambiemos que integran la comisión. Pero dos de ellos, Ricardo Alfonsín y Carla Carrizo (UCR), ya adelantaron que no están de acuerdo con expulsar al ex funcionario por “inhabilidad moral”, sino que buscan su desafuero por “delitos contra la administración pública”. A pesar de esto, fuentes del interbloque confiaron a Infobae que no descartan que ambos legisladores acompañen con disidencia parcial y de este modo no impedirían que llegue a la Cámara. Muy distinto sería si firmaran un dictamen de rechazo, lo que sí complicaría las posibilidades del oficialismo.
Sobre esto, Daniel Lipovetzky (PRO) explicó a este medio que “hay optimismo” para conseguir dictamen y argumentó que “están dadas las condiciones” porque los antecedentes los favorecen: “Diputados fueron apartados por causas menos graves. De Vido debe ser el diputado con más causas por delitos en la historia de la Cámara”.
El rol del massismo, agrupado en el interbloque Una Nueva Argentina (UNA), será clave. Los seis miembros de la comisión, entre ellos Graciela Camaño y Margarita Stolbizer, se reunirán previo al debate para definir la postura porque aún “no hay un criterio unánime”. Su primera intención era pedir la suspensión de De Vido y así lo plasmaron en un proyecto presentado por Julio Raffo, aunque aún faltan ajustar algunas tuercas, sobre todo porque tampoco quieren arriesgarse a quedar como la bancada que defendió al ex ministro de Cristina y Néstor Kirchner.
En Cambiemos admiten que aún no tienen en claro cómo jugarán los diputados que responden a Sergio Massa porque el diálogo entre ambos bloques quedó desgastado luego de las acusaciones cruzadas en la fallida sesión del Frente Renovador para que Diputados acepten votar la quita de sus fueros.
El FpV tiene nueve miembros, pero se especula con que no irán todos. El oficialismo espera reunir a toda su tropa y el massismo dará el quórum. Más allá de cómo termine esta saga, en el Gobierno contemplan salir beneficiados:“Políticamente nos sirve. Si nos apoyan, avanzamos, y si no, los otros bloques quedarán pegados a un personaje como De Vido. Hay que ir a defender a De Vido”, explicó un importante miembro parlamentario.