Actor, cantante, bailarín, director teatral, Diego Ramos no sólo atrae por su belleza física sino por sus dotes de gran artista. Desde que comenzó su carrera, no deja de estudiar y especializarse en diferentes ramas del arte escénico, para poder crecer no sólo a nivel individual, sino también grupal.
Hoy, Diego está más enfocado en los procesos colectivos, disfruta dirigiendo espectáculos y cuidando cada detalle de las propuestas, aunque sigue deleitando al público con sus diferentes personajes.
Se dispuso a conversar conmigo unos 40 minutos antes de que comience la función. Llegó al Teatro del Lago, tranquilo pero algo contrariado, porque después de participar en Locos por Luisa, obra en la que actúa junto a Pedro Alfonso, Paula Cháves, Fredy Villareal, Iliana Calabró, Tomás Fonzi y Sofía “Jujuy” Jiménez, de martes a domingos a las 22hs, debía regresar a Buenos Aires por unos días, ya que allí lo esperaba una importante audición de artistas, para un nuevo musical de teatro que dirigirá durante el 2019.
Nominado a los premios Vos 2019 por su labor destacada en comedia, Diego asegura que le encanta que lo tilden de comediante, y que trabajar en propuestas para chicos es una de las tareas que más le gusta hacer, ya que es la forma de crear nuevos espectadores y generar un encuentro muy especial entre los adultos y los chicos.
-¿Cuándo te diste cuenta que querías dedicarte a la actuación profesionalmente?
-Creo que fue después de la secundaria, pero empecé a hacer teatro a los 15 años. Cuando terminé, me puse a estudiar y a trabajar. La única cosa que recuerdo que siempre quise hacer, es actuar. A los 21 ya empecé en la tele.
-Te hemos visto en “Montaña rusa” en tus comienzos, luego fuiste galán en “Ricos y Famosos” con Natalia Oreiro, de repente te vimos en un rol desopilante como un homosexual extrovertido en Los exitosos Pells. Más allá del talento, ¿cómo se logra esa versatilidad?
-Estudiando y metiéndose de lleno en todo lo que uno vaya a hacer. Yo hice distintos personajes, de adolescente primero, después de galancito, y lo que más me interesaba a mí era la comedia. Es lo que más hago ahora. Me encanta que me tilden de comediante, lo que más me gusta hacer, es humor. Igualmente, yo encaro todo desde el profesionalismo, el estudio, y la verdad de las situaciones. Con la misma entrega, pasión y respeto con los que hay que trabajar siempre. Voy yendo por distintos lados, sin buscarlo mucho tampoco, porque las cosas van apareciendo, van sucediendo.
Vivir y trabajar en Colombia
-Viviste un tiempo en el exterior, en Colombia.
-Sí, 5 años.
-¿Qué te dejó esa experiencia?
-Conocí gente genial y trabajé en un país hermoso, geográficamente, y hermoso por la gente que lo habita. Es un placer trabajar y vivir ahí. Tuve la mejor de las experiencias. De hecho regresé a Argentina para hacer Ama de casas desesperadas, la versión para Colombia, Venezuela, Ecuador, pero volví como elenco colombiano, para ellos siempre fui colombiano. Una vez acá, ya me quedé a trabajar en el país y no regresé a Colombia. Igualmente me encanta, me parece un lugar hermoso.
-¿Volverías a Colombia?
-Sí, supongo que sí. También es cierto que estoy muy arraigado acá. Nunca fue la intención irme por tanto tiempo, simplemente así se fue dando, pero de irme a un lugar, sería Colombia. Es bello el país, la gente, es muy fácil vivir en un país así, siempre y cuando tengas trabajo como en mi caso, y todas las condiciones estén dadas. Pero en el sentido de no extrañar tanto, es fácil porque tienen una cultura, una idiosincrasia y un respeto que hace que sea muy ameno convivir con ellos.
El trabajo con los chicos
-Trabajaste en varias propuestas infantiles, ¿cómo es para vos trabajar con chicos? Recuerdo el musical “Doña disparate y bambuco”.
-Hice muchas cosas de María Elena Walsh, y el año pasado hice una obra en La Plata, en el Teatro Coliseo Podestá, Cuentos de la Selva, de Horacio Quiroga. A mí me encanta trabajar para los chicos, me parece que es una muy linda responsabilidad. Me parece que si captás al niño como espectador de teatro, ya tenés para toda la vida alguien a quien le va a gustar el teatro y que va a poder disfrutar ese arte. Me encanta trabajar para chicos, incluso yo me crié viendo teatro. Lo que se genera en la platea es hermoso, y más si hay textos y canciones como los de María Elena Walsh, u Horacio Quiroga, todos crecimos con sus cuentos. Es linda también la empatía que se genera con el público, el trato con ellos, y entre ellos, padres e hijos que van a ver el espectáculo.
-Hacer teatro para chicos es mucho más complejo de lo que se cree. Mucha gente piensa que es más fácil que hacer teatro para adultos, y esto no es así, sino quizás, todo lo contrario…
-Yo lo que te puedo decir es que a todo le pongo la misma garra y profesionalismo. Para mí es exactamente lo mismo trabajar para chicos que para adultos, desde ese punto de vista. Yo actúo desde el mismo lugar, desde la verdad, el rigor, y el respeto por la platea, los chicos entienden y mucho. Sí es cierto que hay códigos, géneros y distintos lenguajes, pero desde lo actoral, para mí es exactamente lo mismo. Pero yo trabajo para los chicos, desde el escenario, de la misma manera que trabajo para los grandes.
Lo que más me interesa hoy es la dirección. Así que necesito estar más abajo del escenario que arriba, para verlo todo.
-Se te ve haciendo por un lado propuestas complejas, -que requieren poner en escena todos tus conocimientos como actor -, pero también participás de propuestas que tal vez son menos comprometidas desde el esfuerzo que te implican como artista. Pienso en tu participación en el programa de Guido KaczKa “La tribuna de Guido”, ¿cómo te llevás con este tipo de trabajos?
-Me encanta el programa. Primero me gusta como lleva Guido los programas, en general. Me parece un excelente conductor. Y después, por cómo se fue dando con respecto a mí. Me llevaron para participar por una vez, y después me fui quedando. De repente uno se da cuenta los años que hace que viene trabajando, todo lo que estudió, lo que recorrí y lo que sé en base a esfuerzo también, sin darte cuenta, uno tiene todo eso para ser jurado. Y me gusta, si bien siempre es muy subjetivo lo que uno ve, se hace desde un lugar de respeto muy grande.
-¿Qué te dejó ese programa en particular?
-Mucha alegría al ver tanta gente con tanto talento, que se animaba a compartirlo con todos. Había un pintor de casas que cantaba increíble, entonces encontró su lugar ahí. Eso está buenísimo.
-¿Cuáles son tus proyectos?, ¿qué te falta hacer?
-Faltarme, me faltan un montón de cosas para hacer, pienso. Pero no soy un arquitecto de mi carrera, no hago algo hoy para que mañana me reporte tal o cual cosa. Yo estoy muy abocado a la dirección de teatro musical. En marzo, ni bien llegue, voy a dirigir una comedia musical, el año pasado dirigí dos. La de este año será Los fantásticos, que se estrenará en el Centro Cultural San Martín. También tengo un par de comedias musicales más parar dirigir, me estoy tirando más para ese lado. Es lo que más me interesa en este momento, es eso. Desde hace años que me enfoco más en lo grupal que en lo particular, así que necesito estar más abajo del escenario que arriba, para verlo todo. Hoy me llama más la atención.
hay que aguantar que las mujeres sean desmedidas, todo lo que necesiten, porque todo se tiene que igualar.
-¿Cómo te sentís en Carlos Paz, haciendo “ Locos por Luisa”? Ya estuviste acá, ganaste un premio por su participación en “Priscila, la reina del desierto”, donde interpretaste a una drag queen.
-Sí, estuve hace 4 años. Me gusta salir de casa y venir a laburar a lugares como Carlos Paz, Mar del Plata, o lo que fuera. Estás entre vacaciones y trabajo, entonces es como medio raro lo que sucede, y cuando llegás a un lugar como Córdoba o Carlos Paz, que tiene tantas cosas para ofrecer, geográficamente, para conocer, para descansar, está buenísimo. Y como actor, me parece un placer ver toda una ciudad se prepara para recibir al teatro, donde la opción de entretenimiento primordial es ir al teatro, y eso es fantástico.
-Sobre el Premio Vos, al que estás nominado ¿qué expectativas tenés?
-Como te decía, elegir es totalmente subjetivo. A veces hay gente que puede saber un poco más, gente que sabe menos, o sea que si no te nominan, no pasa nada tampoco. Por lo menos, así trato de pensarlo yo, cuando no me nominan. Pero cuando sucede, cuando te nominan, es realmente re lindo, genial, porque algo vieron en tu trabajo para destacar.
Sobre el feminismo
Este año, en Bailando por un sueño, María del Cerro habló sobre un abuso que vivió cuando era chica, en vivo, luego de que saliera a la luz lo de Thelma Fardín, ¿cómo viviste vos ese momento?
-Recuerdo que esa noche estábamos esperando por la sentencia del jurado, y justo Mery contó esa experiencia nefasta que había tenido. Marcelo Tinelli nos fue preguntando a cada uno, qué fue lo que nos pasó en ese momento, y dije algo que es lo que sigo pensando ahora. A mí me parece que, más allá de las críticas que dicen que las cosas se tienen que decir en cierto lugar, de cierta manera, éste es el momento de las mujeres para ser desmedidas, desprolijas, incorrectas en algunos lugares. Tantos años de injusticias fue como una olla a presión. Se va tapando algo, que explota por todos lados, sale a borbotones y por cualquier lado. Y es el momento de los hombres, que tenemos que acompañar y entender que estaban en un lugar, se fueron al otro extremo, y ya van a llegar al medio. Porque es un cambio muy grande, y los cambios tan significativos, no son prolijos como deberían ser, no se puede. Esas violencias que hasta las mismas mujeres las tenían naturalizadas, todo está cambiando y hay que buscar la igualdad de una vez por todas, y hay que aguantar que sean desmedidas, lo que necesiten, porque todo se tiene que igualar. Tampoco creo en la casa de brujas que dicen algunos, si vos tenés el traste limpio, realmente no te va a pasar nada. El que nada debe, nada teme. Los que nos hemos comportado siempre bien, a seguir con eso. En algún momento se va a tornar costumbre el hecho de que no se abuse del poder, no se harán más chistes machistas, nos vamos a cuidar de no vulnerar derechos ni nada por el estilo. Fundamentalmente necesitamos igualarnos en derechos. Los cambios son cimbronazos, pero vamos hacia la igualdad, hay que acompañar eso.
me parece un placer ver cómo carlos paz se prepara para recibir al teatro, acá la opción de entretenimiento primordial es ir al teatro, y eso es fantástico.