Opereta: término de uso común en la jerga periodística que habla de una información o un dato tendencioso brindado por una fuente que tiene un interés marcado en que se publique.
La acción de realizar estás acciones por parte de muchos operadores políticos, utilizando métodos poco éticos, es mucho más común de lo que se cree. Los teléfonos de los periodistas suelen llenarse de este tipo de información que muchas veces, sin dejar de ser cierta, apunta a tergiversar parte de los hechos, tomarlos de manera parcial para cambiarle el significado o generar confusión con la información que se pueda brindar.
A veces, esa información es sólo una foto.
La mañana del viernes se vio sacudida en el ámbito político nacional por la detención del ex vicepresidente Amado Boudou y en el contexto político bipolar en el que vivimos, cada cosa que se hizo o dijo durante la jornada fue un intento de aprovechamiento político aún antes de que la justicia se expida. Eso tampoco importa, la imagen del exvicepresidente tiene una carga negativa tan importante que el resto es anecdótico.
Así fue como parte de esos operadores políticos en el ámbito local se encargaron de distribuir una foto del intendente Esteban Avilés con el ex presidente Amado Boudou. La foto no decía nada. Sólo pegaba al actual mandatario municipal en una carcajada con quien es hoy uno de los mayores acusados de corrupción política del ex gobierno nacional. La difusión de la foto no es casual. Sin mediar palabra, solo intenta eso, igualar la imagen, equiparar las figuras, intentar establecer un paralelismo entre ambas figuras.
Lo que no decían ninguno de los operadores que mandaron la foto, y tampoco pretendían decirlo, era que esa foto se dio en una gestión de fondos por parte del intendente Avilés con el que entonces era el vicepresidente de la Nación, elegido por el pueblo. Nos guste o no, era una figura con poder de decisión en este tipo de cuestiones y fuerte ascendencia en la presidenta Cristina Fernández.
Pero este tipo de maniobras de dudosa moral, pudo ser imitada, aunque no con tanta fuerza por la respuesta inmediata de algunos allegados al intendente Esteban Avilés con una foto en la que el ex intendente Carlos Felpeto le entregaba la llave de la ciudad a la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, en 2008 en medio de la inauguración oficial de la planta de cloacas, pagada por el gobierno nacional.
Claro, era la presidenta en ejercicio, inaugurando una obra esperada por más de 30 años en Carlos Paz y con una inversión de más de 50 millones de dólares. Nada de esa información importa. Sólo la foto.
Ambas, intentan manchar la imagen de uno y otro, pegándola a los máximos referentes de una fuerza política que en Carlos Paz generó un rechazo tan grande que ubicó los votos hacia Cambiemos en los guarismos más importantes a nivel nacional tanto en 2015 como en 2017.
Hacer política o trabajar para tal o cual fuerza, ya sea del oficialismo o de la oposición, debería ser algo muy distinto a estas prácticas habituales y poco éticas. Debatir ideas, pensar obras, trabajar en proyectos para la gente o generar evolución social podrían ser algunas de las cosas en las cuáles invertir el tiempo de labor política
Lamentablemente, parece ser mucho más productivo lo anterior. Aunque muchos medios no participen de la opereta y hagan caso omiso a estos envíos direccionados.